
Hoy se celebra la caída del Muro de Berlín, el vergonzoso telón de acero que dividía a Alemania y que fue el principio del fin de la Unión Soviética y su imperio de terror y muerte expandido en sus estados satélites. En rigor esto es lo que se ha de celebrar y no la caída del comunismo porque, y lo sabemos todos, el comunismo sigue gobernando a buena parte de la humanidad: China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, y amenaza con expandirse aún más sobre todo en la América Hispana.
Pero no es sólo eso, es que el comunismo sigue existiendo en prácticamente todos los países. También en España. Sin ir más lejos el scr. gen. saliente del PCE, Francisco Frutos, ha declarado a raíz de la celebración de la caída del muro de Berlín: "No, no... yo no celebro esas cosas, demagogias, las justas". Y su sucesor, un tal Centella, ha dicho que el PCE es presente y fuuro y que "Por ello, el partido reivindica su pasado heroico y no tenemos que avergonzarnos ni pedir perdón por nada". El partido cuya ideología ha significado a lo largo de la historia más de cien millones de muertos, MÁS DE CIEN, que se dice pronto, y que aquí en España es culpable directo de genocidios como el de Paracuellos y de la actuación de las sanguinarias Checas diga que no han de pedir perdón por nada nos da una idea exacta de lo que ha sido, es y será el comunismo, una ideología antitea, inhumana, bestial, asesina, y que no cambiará jamás. Y que sigue matando, no olvidemos el carácter marxista-leninista de ETA.
Por eso indigna que quienes se dicen anticomunistas hayan dejado a lo largo de la historia la iniciativa política y la cultura en manos del marxismo. Lo estamos viendo palpablemente en España donde la derecha (perdón, el centrorreformismo) no acomete ningún tipo de combate cultural y se empeña en hacer reverencias a quien llama D. Santiago. Eso sí, el nazismo (que con toda su historia de muerte no es comparable en terror al comunismo) ha de ser perseguido con todo el peso de la ley mientras el comunismo marxista se sale de rositas e incluso se acepta que han sido y son luchadores por la libertad. Increíble e intolerable agravio comparativo. Yo me considero tan anticomunista como antinazi pero no acepto que se persiga (con razón) a unos y no a los otros, máxime cuando los otros han sido más terribles aún para la humanidad.
En definitiva, entiendo que Alemania celebre su reunificación y la caída del sistema comunista en su país pero el resto de países no deberían celebrar nada mientras el comunismo siga existiendo. Antes al contrario deberían estar preocupados porque el fracaso demoliberal evidente hoy puede llevar al resurgir del comunismo, de frente o disfrazado. ¡Mucho ojo!
Pero no es sólo eso, es que el comunismo sigue existiendo en prácticamente todos los países. También en España. Sin ir más lejos el scr. gen. saliente del PCE, Francisco Frutos, ha declarado a raíz de la celebración de la caída del muro de Berlín: "No, no... yo no celebro esas cosas, demagogias, las justas". Y su sucesor, un tal Centella, ha dicho que el PCE es presente y fuuro y que "Por ello, el partido reivindica su pasado heroico y no tenemos que avergonzarnos ni pedir perdón por nada". El partido cuya ideología ha significado a lo largo de la historia más de cien millones de muertos, MÁS DE CIEN, que se dice pronto, y que aquí en España es culpable directo de genocidios como el de Paracuellos y de la actuación de las sanguinarias Checas diga que no han de pedir perdón por nada nos da una idea exacta de lo que ha sido, es y será el comunismo, una ideología antitea, inhumana, bestial, asesina, y que no cambiará jamás. Y que sigue matando, no olvidemos el carácter marxista-leninista de ETA.
Por eso indigna que quienes se dicen anticomunistas hayan dejado a lo largo de la historia la iniciativa política y la cultura en manos del marxismo. Lo estamos viendo palpablemente en España donde la derecha (perdón, el centrorreformismo) no acomete ningún tipo de combate cultural y se empeña en hacer reverencias a quien llama D. Santiago. Eso sí, el nazismo (que con toda su historia de muerte no es comparable en terror al comunismo) ha de ser perseguido con todo el peso de la ley mientras el comunismo marxista se sale de rositas e incluso se acepta que han sido y son luchadores por la libertad. Increíble e intolerable agravio comparativo. Yo me considero tan anticomunista como antinazi pero no acepto que se persiga (con razón) a unos y no a los otros, máxime cuando los otros han sido más terribles aún para la humanidad.
En definitiva, entiendo que Alemania celebre su reunificación y la caída del sistema comunista en su país pero el resto de países no deberían celebrar nada mientras el comunismo siga existiendo. Antes al contrario deberían estar preocupados porque el fracaso demoliberal evidente hoy puede llevar al resurgir del comunismo, de frente o disfrazado. ¡Mucho ojo!