SONETO A LA DERECHA ESPAÑOLA
Blandengue, aguachirlosa, mantequilla,
cobarde, mingafría, timorata,
con sangre tan blancuzca como horchata
y nervio de jurel o pescadilla.
Simplona, pusilánime, pardilla,
insulsa, blandiblup y mojigata,
que bailas siempre al ritmo del sociata
e hincas ante el progre la rodilla.
Estúpida, pastueña, papamoscas,
que haciéndote la cusqui no te coscas
y vas de delicada cagaflores.
Gilipollona, estólida y tontucia,
que sólo te conduces con astucia
en traicionar a amigos y electores.
Fray Josefo.
Blandengue, aguachirlosa, mantequilla,
cobarde, mingafría, timorata,
con sangre tan blancuzca como horchata
y nervio de jurel o pescadilla.
Simplona, pusilánime, pardilla,
insulsa, blandiblup y mojigata,
que bailas siempre al ritmo del sociata
e hincas ante el progre la rodilla.
Estúpida, pastueña, papamoscas,
que haciéndote la cusqui no te coscas
y vas de delicada cagaflores.
Gilipollona, estólida y tontucia,
que sólo te conduces con astucia
en traicionar a amigos y electores.
Fray Josefo.
Coincido punto por punto con la visión de Fray Josefo. Tan sólo le haría un matiz. Este soneto debería estar dedicado al centro-reformismo-liberal-progresista, acomplejado, sin principios y sin valores que hace ya mucho tiempo que dejó der ser derecha. La derecha es (o era) católica, patriótica, con convicciones, principios y valores y con cultura y tradiciones propias. Ahí están los nombres de Antonio Maura, Ramiro de Maeztu, José Calvo Sotelo.... ¿Qué tienen en común con Rajoy (alias Rajao) y el PP? Yo se lo diré, absolutamente nada.
De cualquier forma hoy la batalla no se libra entre derechas e izquierdas (porque, repito, no existe la derecha en España) sino entre el bien y el mal, entre la verdad y el relativismo, entre los principios y la ausencia de ellos, entre los valores y los contravalores, entre la verdadera libertad y el pensamiento único, entre progreso y progresismo, entre mal menor y bien posible. Como todos observamos día a día, el PP y sus adláteres no están por el bien, ni por la verdad, ni por los principios, ni por los valores, ni por la verdadera libertad, ni por el progreso ni son ni de lejos el bien posible. Posicionémonos y actuemos en consecuencia y en conciencia.
De cualquier forma hoy la batalla no se libra entre derechas e izquierdas (porque, repito, no existe la derecha en España) sino entre el bien y el mal, entre la verdad y el relativismo, entre los principios y la ausencia de ellos, entre los valores y los contravalores, entre la verdadera libertad y el pensamiento único, entre progreso y progresismo, entre mal menor y bien posible. Como todos observamos día a día, el PP y sus adláteres no están por el bien, ni por la verdad, ni por los principios, ni por los valores, ni por la verdadera libertad, ni por el progreso ni son ni de lejos el bien posible. Posicionémonos y actuemos en consecuencia y en conciencia.
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