lunes, 1 de marzo de 2010

ARTÍCULO MARAVILLOSO DE MONSEÑOR FRANCISCO GIL HELLÍN: Una sociedad enferma


"Una sociedad con varios millones de parados, que mata impune y sistemáticamente a sus hijos más inocentes, que administra la justicia según los colores políticos, que miente con descaro y desde las más altas instancias, que viola los pactos más sagrados, que fomenta el odio y el enfrentamiento entre sus miembros, que impide el ejercicio libre de la religión, que destruye la inocencia de los niños desde su más tierna edad, que azuza las pasiones de los jóvenes, que niega que haya acciones buenas y malas con independencia de tiempo y circunstancias, que convierte la escuela en un instrumento ideológico y el poder político en trampolín para el enriquecimiento personal y el medro de los suyos, que se empeña en no tener hijos, en una palabra, una sociedad cuarteada en sus estructuras básicas y removida en sus cimientos éticos es una sociedad decadente y enferma de extrema gravedad.

Si tal sociedad fuese creación de un pesimista empedernido o fruto de una imaginación febril, no causaría ningún tipo de preocupación y hasta podría convertirse en objeto de estudio y reflexión. Pero si esa sociedad es la nuestra, si es el ámbito en el que vivimos el día a día de nuestro trabajo, de nuestra familia, de nuestras amistades, de nuestros proyectos y de nuestras aspiraciones, entonces las cosas adquieren un dramatismo inusitado y necesita que le apliquemos de inmediato un remedio radical. Por desgracia, esto es lo que nos ocurre a nosotros. Porque la actual sociedad española es la sociedad decadente y gravemente enferma que he descrito antes. Porque en ella conviven y coexisten todas las lacras denunciadas. Y, además, hasta parte de los mismos eclesiásticos no están a la altura de su misión.

Pero esta sociedad, precisamente porque es la nuestra, no debe ser mirada con desinterés, desprecio u odio. Tampoco con un buenismo enfermizo. Necesita ser amada, pero para ser renovada. Ahora bien, dado que las enfermedades que la aquejan son muy graves y tienen carácter de metástasis generalizada, no podemos aplicarle una cataplasma. Y cataplasmas serían todos los remedios que no contemplen una profunda regeneración ética de cuantos formamos parte de esa sociedad. Las estructuras son posteriores al uso y abuso de nuestra libertad. Por eso, ni la justicia, ni la política, ni la escuela, ni la familia, ni la convivencia, ni la economía, ni las finanzas saldrán de la situación calamitosa en que se encuentran si las personas que son jueces, políticos, profesores, economistas, financieros, periodistas y cónyuges no cambian. En caso contrario, haríamos bueno lo que el refranero español sentenció con extraordinaria justeza y sencillez de formulación: “Distintos perros con los mismos collares”. Si quien está enfermo es el perro –la sociedad- es inútil cambiar el material y color de los collares –instituciones y estructuras sociales-. Hay que cambiar a las personas.

Por eso, lo que ahora necesitamos en España con absoluta urgencia es volver a Dios. Tenemos, ciertamente, hambre de pan –paro alarmante–, de cultura –bajísimos niveles educativos–, de bienestar –más y mejores coberturas sociales–. Pero la necesidad más urgente y general es reconocer que tenemos que dar un cambio ético radical, salir de nuestro egoísmo y entrar en la lógica del don, de la gratuidad, de la solidaridad, del respeto mutuo, de la paz social y familiar, de los conceptos de bien y de verdad. Digámoslo claramente: necesitamos reconocernos pecadores, acudir al perdón y reiniciar el camino del bien y de la verdad.

Lo decía san Juan Crisóstomo con su acostumbrada belleza: “Necesitamos confesar nuestros pecados y derramar muchas lágrimas, porque estamos pecando sin remordimiento, porque nuestros pecados son grandes”. La Cuaresma, que acaba de empezar, es una oportunidad de oro. Para todos: ciudadanos, cristianos, eclesiásticos".

+ Francisco Gil Hellín, Arzobispo de Burgos

Nada queda por añadir a este clarividente artículo que plantea todos los males que acucian a esta sociedad que nos ha tocado vivir. Quizá tan sólo resaltar dos frases: "hasta parte de los mismos eclesiásticos no están a la altura de su misión"; y: "Hay que cambiar a las personas". Como diría Matías Prats se puede decir más alto pero no más claro. Tomemos buena nota de la inmensa verdad que encierra este artículo y desde aquí sólo nos queda valorar la valentía de este obispo. Desgraciadamente carecemos de buenos pastores que den la cara gallardamente y sin complejos. Enhorabuena Monseñor y continúe así.

5 comentarios:

  1. Hombre una iglesia con tantos casos de pederastia tambien habria que verlo y estudiarlo, porque si una sociedad esta enferma es porque las faros de la moral (religiones y otros) han fracasado.

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  2. Dominó, respondes perfectamente al patrón del típico cazurrón empeñado en desacreditar a la Iglesia y a sus curas que son muy malos, y no te digo naaa de los obispos, que son unos vividores y tienen mucho dinero.
    ¡¡¡ Ayyyy , señor !!!, cuanto tonto-progre hay por el mundo.

    Osea, según tu concepción tonto-progre, si hay un médico asesino, la medicina es asesina, o si hay un abogado o un juez asesino y ladrón (je,je, como Garzón), la justicia es mala y asesina.

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  3. Pues si tienes razón en lo que dices español. Mis sinceras disculpas.

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  4. ¿Qué credibilidad tienen hoy en dia las organizaciones políticas, religiosas, y de toda índole? Unos que defienden que hay que ir contra la corrupción y son los primeros corruptos, otros que defienden la vida y son los primeros que atentan contra esas vidas (Irlanda, EE.UU.) Sin credibilidad sobran argumentos. Yo mismo dudo que yo tenga cierta credibilidad escondiéndome tras un apodo.

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  5. Raúl Ibáñez Martínez30 de enero de 2013, 1:06

    Arzobispo Francisco Gil Hellín:
    Eminencia, me dirijo a ti confiado, con el mayor de los respetos, para rogar tu intercesión ante los políticos del PP en el gobierno, para rogarles que humildemente reconozcan la incompetencia, inoperancia e ineficacia demostrada durante este primer año de gobierno. 6.000.000.- millones de parados, con eso te lo digo casi todo. No voy a contarte los casos de corrupción, ¡como trincan!, que no quiero hacerte mala sangre, ni los recortes sociales, subidas de impuestos, desahucios de viviendas a la clase trabajadora y rescates a los bancos con el dinero de los parados, porque vienen impuestos por la ángela caída cuyo apellido omito por no herir tu inteligencia. Sigo… diles, ¡por favor! que se vayan, que si no les vamos a tener que echar y va a ser peor.
    Te cuento todo esto para que veas como tratan a tus ovejas estos borregos, ya que tú estás tan ocupado que ¡¡¡ no te enteras !!! , en temas tan importantes como la teología, cristología, conferencia episcopal, trasmisión de documentos pontificios, etc…, ¡vaya carga de trabajo la tuya!, que ocupan toda tu atención.
    ¡Por favor, te ruego no les des mi nombre, que son muy dañinos y rencorosos, por ello te ruego absoluta reserva y no te enfades mucho con ellos, que conociendo tu sensibilidad y carácter, doy por cierto que vas a montar en cólera o mejor santa indignación y preveo que les vas a poner a caldo.
    Gracias Gil, beso tu anillo

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