lunes, 31 de enero de 2011

RAJOY Y EL CENTRO


En una entrevista en El Mundo, Rajoy ha dado a conocer sus prioridades políticas caso de hacerse con el poder en las próximas elecciones generales. Lo cierto es que no ha dicho nada que no supiéramos o intuyéramos pero lo dicho, dicho está, que nadie se lleve a engaño.

Principalmente ha contado que suprimirá la Educación para la Ciudadanía (cosa que está por ver, puesto que en Comunidades peperas se está impartiendo), que derogará la ley Aído del aborto para volver a la ley anterior, que modificará la ley de la mentira histérica, que no tocará el sistema autonómico y ni una palabra sobre el matrimonio homosexual. He aquí el paradigma del centro-reformismo, no tocar apenas nada de lo heredado. Porque:

- ¿Qué efectos tendrá para el derecho a la vida volver a la ley del ´85? Evidentemente devastadores, más de un millón de asesinatos de inocentes se dieron con esa asesina ley.

- ¿Que efectos tendrá la modificación de la ley de mentira histérica? Yo me atrevería a decir que ninguno, antes de la ley el PP ya dejó entrever su parecer con su voto a favor a la nacionalidad de los brigadistas internacionales o su abstención ante la proposición de condenar el levantamiento nacional del 18 de julio como "golpe fascista", entre otras lindezas. Su voto favorable al nombramiento del asesino de Carrillo como hijo predilecto de Gijón hace poquísimas fechas lo dice todo

- No tocar el sistema autonómico (por más que es inviable a fuer de antiespañol) es dejarlo todo como está. ¿Dónde está pues la alternativa?

- Y en cuanto al gaymonio creo que no hace falta recordar que alcaldes populares casan homosexuales sin problema alguno.

¿Cuál es entonces el problema del partido de la (no) oposición? Yo me atrevería a decir que se encuentra en su raíz ideológica o quizás en su falta de ella. Vamos a ver: se hartan de repetir que son de centro pero, ¿Qué es el centro? ¿Sabrían definírmelo? ¿Es conservador? ¿Es liberal? ¿Es democristiano? ¿Es centro-derecha o centro-izquierda? ¿Es una ideología, un estado de ánimo, es producto del complejo? Yo contestaría que el centro no existe, es una entelequia, una ficción, una burla. Uno se ha de posicionar, hacerlo con todas las consecuencias, sin complejos, sin ambigüedades, sin componendas, sin "bajarse los pantalones" y sobre todo representando a sus votantes que, en su mayoría, no son de "centro" precisamente. Para decirlo más claro, el centro no es "ni chicha ni limoná". Tratar de posicionarse como "ni de derechas ni de izquierdas" por el miedo al qué dirán o a perder elecciones disfrazándose de centro, a la larga trae estos problemas , por otra parte el PSOE se posiciona como claramente de izquierdas y gana elecciones. Sin ideología clara que llevarse a la boca es imposible tener recetas y propuestas claras que satisfagan a los votantes. Si no quieren ser de derechas pues que no lo sean, que lo digan claramente y se posicionen en donde están, en la izquierda, no marxista ni obrera pero izquierda, porque sus votantes tienen derecho a saber qué votan realmente. ¿A qué es debido si no que coincidan tantísimo con el PSOE en casi todo menos en la economía (y tampoco demasiado)? ¿Cuál es la diferencia moral, social, cultural, nacional entre PP y PSOE? Prácticamente ninguna.

Por eso digo que nadie se lleve a engaño, que lo ha dejado muy claro, que el votante católico y español, de principios y valores, no puede votar más a este "centrismo" pepero porque le defraudará. Es más, le traicionará. Y no será la primera vez.

martes, 18 de enero de 2011

ES LA MISMA IZQUIERDA

Seguro que a estas alturas todos conocéis el brutal atentado (porque no se puede llamar de otra forma) que el consejero de cultura de mi tierra, la Región de Murcia, sufrió hace pocos días a manos de unos salvajes izquierdistas dignos pupilos de los batasunos. Como todavía hay quien se escandaliza de que se le haya echado la culpa a la izquierda y con razón, debido al caldo de cultivo previo evidente, es momento de recordar qué ha sido y qué es la izquierda española histórica y actualmente, porque la que sufrimos en nuestros días

- Es la misma izquierda de la Semana Trágica de Barcelona en 1909

-Es la misma izquierda que asesinó a Canalejas y a Dato, ambos presidentes del gobierno

-Es la misma izquierda que proclamó, en pleno congreso de los diputados, que era lícito el atentado personal contra el presidente Maura (Pablo Iglesias dixit)

-Es la misma izquierda que atentó contra Alfonso XIII en varias ocasiones

-Es la misma izquierda que intentó traer la república mediante un golpe de estado violento (el de Galán y García Hernández)

-Es la misma izquierda que, al mes de proclamada la II república, se dedicó a la quema de Iglesias y Conventos (cuestión que se está reproduciendo actualmente, la última esta Navidad en Majadahonda)

-Es la misma izquierda de la revolución violentísima de octubre de 1934

-Es la misma izquierda de los famosos "chíbiris", bandas violentas que sembraban el terror en la calles durante la malhadada república

-Es la misma izquierda que asesinó a Calvo Sotelo

-Es la misma izquierda de las Chekas y los paseos durante la guerra civil (cómo no recordar Paracuellos)

-Es la misma izquierda del Maquis que tantas vidas costó acabada ya la guerra

-Es la misma izquierda que aplaudía los atentados del FRAP, GRAPO y ETA considerándolos luchadores por la libertad

-Es la misma izquierda que vio bien el asesinato del Almirante Carrero Blanco

-Es la misma izquierda que, durante la transición se dedicaba día sí y día también a reventar violentamente los actos de quienes no pensaba como ellos

-Es la misma izquierda, y aún lo tenemos muy en la retina, que preparó los actos salvajes durante las manifestaciones del no a la guerra y del Prestige que acabaron en agresiones de miembros del gobierno popular

-Es la misma izquierda que se manifestó violentamente ante las sedes del PP durante la jornada de reflexión tras el 11M

-Es la misma izquierda que, tras cada huelga general provoca disturbios salvajes

-Y por fin (y lo estamos viviendo estos días) es la misma izquierda que echa la culpa a la derecha de lo que ocurre, lo ha hecho históricamente siempre.

Por lo tanto, ¿A quién le puede extrañar que haya ocurrido este atentado salvaje tras el caldo de cultivo previo que han hecho partidos y sindicatos de izquierda? ¿Ya no nos acordamos de las agresiones a senadores populares murcianos no hace mucho?

¿Porqué se permiten, y hasta se ven con buenos ojos, los piquetes informativos de los sindicatos que se dedican a amedrentar y recortar la libertad de las personas, destrozar lunas, romper algún que otro vehículo, poner silicona, enfrentarse con la policía, etc. etc? ¿Porqué cuando se convocan manifestaciones desde la izquierda acaban quemando contenedores, destrozando el mobiliario público, asaltando tiendas, etc. etc.?

Salen los partidos de izquierdas tras los disturbios de siempre y dicen: "No, no, nosotros condenamos la violencia, no tenemos nada que ver con ella". ¿Y los discursos incendiarios contra el adversario político, no les empujan acaso a ejercer esa violencia que luego no se denuncia como debe ser? ¿No se crean tras esos discursos el odio previo a la violencia? No, porque, aunque lo nieguen, los partidos de izquierda se aprovechan de esa violencia que dicen con la boca pequeña condenar, lo vimos tras el 11M y quieren intentarlo de nuevo en Murcia.


Dicho todo esto hay que reconocer que no tienen enemigo enfrente y se aprovechan de ello. Si hubiera una derecha firme, valiente, combativa otro gallo cantaría. Saben que a la primera que hagan, el centro reformismo liberal se amedrenta. Es un problema gordo que hay que solucionar porque de lo contrario siempre se saldrán con la suya.

miércoles, 5 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

LA DELACIÓN


Ha sido costumbre tradicional en la izquierda durante toda su historia la delación. En tiempos de república y guerra civil era muy usual la delación de las personas de orden (como se llamaban entonces) o religiosas que acababan en la cárcel o asesinadas.

Viene esto a cuento porque en la flamante ley del tabaco del infumable (nunca mejor dicho) gobierno que padecemos se instaura la figura del delator anónimo, siendo así que un particular cualquiera puede denunciar a otro por el simple hecho de verle fumar en un bar, pongamos por caso. ¿No es esto puro y simple totalitarismo? ¿No se busca con ello (otra vez) la división entre españoles, esta vez entre fumadores y no fumadores?

Yo no soy ni he sido fumador y la verdad es que le tengo cierta manía al tabaco, pero jamás se me ocurriría promover la delación hacia nadie. Es que es de locos. ¿Tanto miedo le tienen a la libertad? Si tan malo es realmente el tabaco, ¿Porqué no se atreven a prohibirlo totalmente, tanto su consumo como su venta? ¡AH! Es que sufrirían las arcas del estado, y eso no se toca. Pues a eso se le llama hipocresía. Repito que no soy fumador pero por cuestiones como ésta casi que me dan ganas de serlo.