viernes, 24 de octubre de 2014

¿PORQUÉ NO SOY LIBERAL?

En conversaciones privadas con amigos sobre política noto el desencanto, la preocupación y la falta de dirección de muchos desengañados y traicionados por la política y los políticos de hoy. No saben exactamente hacia dónde dirigir políticamente sus pasos, salvo que (quizá tímidamente aún) ya no confían en los partidos llamados tradicionales, y buscan el nuevo maná en los nuevos y emergentes partidos que, surgiendo del sistema, dicen querer reformarlo o regenerarlo. Dejando a un lado el fenómeno Podemos (engendro marxista-chavista que ha sabido conectar con los problemas de la gente con un mensaje inteligentemente populista), los nuevos partidos tienen un denominador común: se identifican con el liberalismo, unos a la derecha (liberalismo conservador) y otros a la izquierda (liberalismo progresista). Y cuando les preguntas cómo se definen, ellos suelen contestar, no sé si con el conocimiento de causa suficiente, que son liberales, como si dicha ideología fuera la panacea  de la libertad y el único posicionamiento político posible. El liberalismo hoy en día tiene buena prensa (incluso en medios de izquierda) y todo aquello que no coincida con él está condenado al silencio mediático cuando no a la falsificación o la manipulación. 

Yo me propongo dar a conocer que el liberalismo no es ese maná ni esa panacea de la que hablan los panegiristas y propagandistas hoy mayoritarios y por eso voy a explicar porqué no soy liberal. Podríamos decir que el liberalismo tiene tres cabezas, el liberalismo filosófico, el liberalismo ideológico-político y el liberalismo económico. Trataré de explicar porqué no comulgo con ninguno de los tres.

Para poder comprender el error del liberalismo hay que empezar por el hombre. Como decía Aristóteles el hombre es un animal político, es decir social y Santo Tomás añade que está ordenado a la sociedad. No es por tanto una unidad económica, ni la medida de todas las cosas. Siguiendo con Aristóteles, quien es incapaz de vivir en sociedad o es un animal o es un dios. Y la primera sociedad del hombre es la familia, viene al mundo en una y se educa en su seno. Pero la familia no es autosuficiente , necesita de la sociedad: el municipio, la región, la nación. En definitiva el hombre es un ser social porque está hecho a imagen y semejanza de Dios, que convive en sociedad a través de sus tres Personas.Todo esto contrasta con el liberalismo que concibe el individualismo como valor supremo, por encima del bien común y de la razón. En efecto el individualismo liberal (eso que llaman libertad individual) concibe al hombre como un ser absoluto carente de naturaleza social. Rousseau entiende que la sociedad tiene su origen en un contrato entre individuos (el famoso Contrato Social). Es un grave error. Ese pacto es una ficción inventada, el hombre no es una especie aislada y solitaria, ha nacido para vivir en comunidad. La hipótesis del hombre solitario de Hobbes ("el hombre es un lobo para el hombre") y Rousseau ("el buen salvaje") es falsa, nacemos sociales y nacemos en sociedad.

Pero además la persona humana tiene dignidad, precisamente por ser hijo de Dios. El hombre tiene un alma que Dios crea para cada uno, es decir, no es solo materia como los animales, no se le puede manipular. El hombre ha sido creado para salvarse y tiene una serie de derechos inalienables como son el derecho a la vida (y de ahí radica el rechazo al aborto, a la eutanasia, etc. que el liberalismo en mayor o menor grado tolera) o el derecho a la verdad, que es la que nos hace libres. Estos derechos son creados por Dios, son propios de la naturaleza humana y son  anteriores al estado que debe respetarlos y defenderlos. 

El hombre nace libre, y por serlo, es responsable. Un sistema político que hace de la libertad de los individuos el bien máximo y el fin en sí (el liberalismo) termina destruyéndose y degenerando en la anarquía.  De aquí que libertades que defiende el liberalismo como la libertad absoluta de expresión (que pone en pié de igualdad la verdad y el error, el bien y el mal) o la de enseñanza (que priva a los niños de la verdad para dar paso al relativismo) sean rechazables.

Como hemos referido la primera sociedad del hombre es la familia, célula básica y fundamento de la sociedad, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, unida y abierta a la vida. Es por tanto anterior a cualquier otra sociedad y sus derechos y deberes son prioritarios. Un derecho propio y primordial es la patria potestad que no puede ser absorbida por el poder público, de ahí que esté contra la educación estatal entre otras cuestiones. Nada de esto encontramos en la ideología liberal, partidaria del divorcio, uniones temporales de pareja, uniones homosexuales, educación estatal, etc.

Pero la acción de individuos y familias por una parte y del estado por otra no es suficiente. Es indispensable el cuerpo social de las asociaciones intermedias. Sin este tejido, atacado de siempre por el liberalismo, se produce (como estamos viendo todos los días) la indefensión de individuos y familias y el estatismo exagerado que absorbe de facto a la sociedad. Hablamos de municipios, colegios profesionales, corporaciones, sindicatos...que abarcan todos los ámbitos: económico, religioso, cultural, educacional, deportivo, etc. Estos cuerpos intermedios se constituyen de abajo hacia arriba y se deben subordinar al bien común. Nada de esto vemos en la ideología y en los regímenes liberales, que han destruído la sociedad civil convirtiendo al estado prácticamente en omnipotente y opresor de toda legítima autonomía. A ello habría que añadir el poder absoluto de los partidos políticos que propicia el liberalismo, que abarca la sociedad entera. Las sociedades intermedias deberían ser autárquicas y tener su propia esfera de atribuciones. En función de lo dicho defiendo el Principio de Subsidiariedad que en román paladino quiere decir que no haga el cuerpo superior aquello que le corresponde y pueda el inferior, debiendo ayudar (subsidiariamente) el superior en aquello que no pueda el inferior. El liberalismo acabó con dicho principio. 

Hablando del estado, la autoridad se constituye a partir de la misma sociedad, y no procede del pueblo por pacto o contrato social como dice el liberalismo. Procede de Dios. Si la autoridad es constituída por la multitud (soberanía popular) de modo que legisla sin sujeción moral acontecen todos los problemas de corrupción que tanto deploramos. Esa máxima liberal que dice que lo espiritual y lo temporal son esferas separadas que no deben confundirse nos llevan a la inmoralidad política que estamos padeciendo día a día. Del mismo modo la autoridad del estado debe ser limitada, Su función no es la de asumir directa y únicamente las funciones económicas, culturales y sociales que pertenecen a otras competencias como ocurre en los regímenes liberales. 

En política el liberalismo tiene como modelo único el sufragio universal y la voluntad de la mayoría. Por tanto, desliga la mayoría de un bien moral superior de tal forma que la ley queda al capricho de la mayoría, sea o no justa: tiranía. Esto nos lleva al tema del régimen de gobierno liberal: la democracia liberal, aquella que se basa en la soberanía popular, inspiradora de la Revolución Francesa y de autores ya conocidos por el lector como Rousseau o Hobbes. En esencia es la usurpación del poder político de la soberanía de Dios, se pone al estado en el lugar de Dios como fin supremo y norma moral, destruyendo así la ley natural, legislando el estado sobre todas las cosas y asumiendo como ley cualquier deseo mayoritario de sus votantes, supeditando directamente los conceptos del bien y del mal a la voluble decisión de la masa, influenciada y manejada a su antojo por las poderosas manos que dominan los medios de comunicación. De tal manera que esa falta de moral termina por perjudicar a los más débiles de la sociedad. Por consiguiente si no existen unos mínimos principios incuestionables asumidos como previos a cualquier voluntad democrática mayoritaria, cualquier monstruosidad es posible en una democracia liberal (véase el genocidio nefando del aborto). Ese marco mínimo de principios no es otra cosa que la Ley Natural, esa "norma escrita por el Creador en el corazón del hombre" que nos permite diferenciar el bien del mal.

Como estamos viendo, el liberalismo es una ideología (sistema de ideas con fines de conquista y ejercicio del poder con evidentes intereses creados) y no una doctrina (conocimiento metafisico, moral y teologal del hombre y la sociedad, ajeno a intereses creados donde operan los principios), cuyo principal error es la postulación de la soberanía humana exenta de todo orden superior, convirtiéndola en principio, fuente exclusiva y juez único de la verdad, es decir, entiende por libertad lo que es pura licencia. Por eso podemos decir que liberalismo no equivale a libertad. Es cierto que hay varios liberalismos, hoy en día está de moda hablar de neoliberalismo, pero en esencia es lo mismo.

Y como ideología que se precie tiene su sistema económico: el capitalismo, cuyo elemento moral es el materialismo práctico, que tiene unos efectos económico-sociales, según la Encíclica "Rerum Novarum" aberrantes: la acumulación de riquezas en manos de unos pocos y la pobreza de una inmensa mayoría, produciéndose una disociación entre capital y trabajo, la explotación del segundo por el primero y las relaciones entre uno y otro como relaciones de fuerza y no de derecho. Finalmente la libre economía desenfrenada, tan ligada a la ideología liberal.

El capitalismo tiene su mayor fuerza en la llamada teoría de la mano invisible, según la cual el mercado se regula a si mismo, no debe intervenir ningún tipo de organismo, por eso Adan Smith decía que existía una mano invisible (como un dios por así decir) que guía a la economía capitalista y hace que la suma de egoísmos individuales, que persiguen el beneficio personal, repercutan en el beneficio de la sociedad y en el desarrollo de la economía. Según el actual papa Francisco "Algunos todavía defienden las teorías del 'derrame', que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante", y aclara" Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico". Claramente el Papa está contra el liberalismo económico y contra la desregulación. En ese sentido también tenemos la teoría de laissez faire laissez passer, que se refiere a la completa libertad en la economía, libre mercado laboral y nula intervención de los gobiernos.

Pero, como escribe Jose Maria Permuy, "en la práctica, el inmenso poder económico acumulado por los grandes capitalistas ha logrado imponer tal presión sobre los gobiernos que las legislaciones se han hecho y se hacen a favor de sus intereses y no del bien común, y en contra de los cuerpos intermedios; con lo cual, de hecho, consiguen que los Estados no se abstengan, sino que intervengan en la economía, pero a su favor, impiden la creación de marco jurídicos adecuados, y se cargan la subsidiariedad".

Otras objeciones que se pueden poner al capitalismo son que la propiedad tiene su origen en el trabajo humano, mientras que el capitalismo cree que solo el capital da derecho sobre la propiedad de los medios de producción; o que la propiedad ha de ser sin límites, sin atender al bien común; o que el capitalismo no admita el derecho de los desposeídos a participar en alguna forma de propiedad; o que el capital, que es un factor decisivo para el proceso productivo, se erige hegemónicamente en único protagonista del mismo, y dispone arbitriariamente del fruto del trabajo. El trabajo es un atributo humano y por tanto más merecedor de respeto que el capital.  Como sigue escribiendo Permuy " tanto Juan Pablo II como sus predecesores han condenado explícitamente el capitalismo moderno y contemporáneo, así como el liberalismo económico y político (no sólo el filosófico), y advertido que la injusticia y el fracaso del socialismo no hace del capitalismo una alternativa válida para la construcción de un orden social cristiano".

El gran tribuno del Tradicionalismo español D. Juan Vázquez de Mella lo explicaba muy bien, oigámosle:

 "Esa Economía había dicho que el trabajo era una mercancía que se regulaba, como las demás, por la ley de la oferta y del pedido, y la Economía social católica contesta: No; el trabajo, como ejercicio de la actividad de una persona, no es una simple fuerza mecánica, es una obra humana que, como todas, debe ser regulada por la ley moral y jurídica, que está por encima de todas las reglas económicas.


Esa Economía había dicho que el contrato de trabajo era asunto exclusivamente privado, que sólo interesaba a los contratantes; y la Economía católica contesta: No; el contrato de trabajo es directamente social por sus resultados, que pueden trascender al orden público y social; y la jerarquía de los poderes de la sociedad, y no sólo del Estado, que es el más alto, pero no el único, tienen en ciertos casos el deber de regularlo.
La Economía liberal había dicho que el principal problema era el de la producción de la riqueza, y la Economía católica contesta: No; el principal problema no consiste en producir mucho, sino en repartirlo bien, y por eso la producción es un medio y la repartición equitativa un fin, y es invertir el orden subordinar el fin al medio, en vez del medio al fin.
La Economía liberal decía: Existen leyes económicas naturales, como la de la oferta y la demanda, que, no interviniendo el Estado a alterarlas, producen por sí mismas la armonía de todos los intereses. La Economía social católica contesta: No existen leyes naturales que imperen en el orden económico a semejanza de las que rigen el mundo material, porque el orden económico, como todo el que se refiere al hombre, está subordinado al moral, que no se cumple fatal, sino libremente, y no se pueden armonizar los intereses si antes no se armonizan las pasiones que los impulsan; y no es tampoco una ley natural la de la oferta y el pedido, porque ni siquiera es ley, ya que es una relación permanentemente variable.
La Economía liberal decía: La libertad económica es la panacea de todos los males, y la libre concurrencia debe ser la ley suprema del orden económico. Y la Economía social católica contesta: No; el circo de la libre concurrencia, donde luchan los atletas con los anémicos, es el combate en donde perecen los débiles aplastados por los fuertes; y para que esa contienda no sea injusta, es necesario que luchen los combatientes con armas proporcionadas, y para eso es preciso que no estén los individuos dispersos y disgregados, sino unidos y agrupados en corporaciones y en la clase, que sean como sus ciudadelas y murallas protectoras, porque, si no, la fuerza de unos y el poder del Estado los aplasta.

Visto lo visto es fácil adivinar porqué no soy liberal: porque soy católico. En este punto algún indocumentado me dirá que si lo que soy entonces es socialista. ¡Qué atrevida es la ignorancia! No señor, la alternativa al liberalismo no es el socialismo como tanto y tanto insisten los propios liberales. Hay otra vía entre el liberalismo (insisto, en todos sus grados) y el socialismo, que es el orden social cristiano basado en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), la doctrina social más avanzada y más justa que se conoce.

Pero aún hay otra razón de porqué no soy liberal, que es la historia, maestra de la vida. Tras la guerra de la Independencia, que no sólo fue guerra contra el invasor sino también contra las ideas revolucionarias (luego conocidas como liberales) que traía, se impuso con todo tipo de irregularidades la constitución de 1812 que significó el primer paso en España del liberalismo y que es el origen de muchos de los males del s. XIX español y del que aún sufrimos las consecuencias. A partir de ahí se darían  todas las convulsiones históricas decimonónicas por todos conocidas: cuatro alzamientos liberales de 1814 a 1820 (el de Mina, el de Porlier, la llamada conspiración del Triángulo y el pronunciamiento de Lacy); alzamiento de Riego que daría paso al Trienio liberal (1820-1823): nombramiento de Mendizábal en 1835 y comienzo de su famosa Desamortización, "el mayor robo de la historia de España"; el motín de la Granja de 1836;  la revolución de 1840; en 1854 el llamado Bienio Progresista con más desamortización; revolución de 1868 llamada "la Gloriosa" , que acabaría dando paso a la I República con 4 presidentes en apenas dos años; etc. etc., todo ello aderezado desde 1834 con las matanzas de frailes y el incendio de conventos (espoleados por la masonería tan querida por el liberalismo) que se repetirían durante la II República y la guerra 1936-39.

El liberalismo significó la expropiación de tierras comunes para individualizar sus propietarios que no eran sino la élite liberal de entonces, la represión de la capacidad asociativa de grandes capas de la población, supuso la ruptura en los modos de vida tradicionales y de los lugares por imposición, introdujo en la sociedad política la oligarquía y el caciquismo y en definitiva, fue el causante de la aparición de los nacionalismos periféricos (en especial el catalán y el vasco) y del movimiento obrero social-comunista y anarquista por la injusticia que propició. Más en la actualidad no creo necesario explicar lo que ha significado el liberalismo desde la llamada transición política hasta nuestros días. Baste reseñar el clima de postración moral, social y económica en el que nos encontramos.

Por todo ello y mucho más, pues no he querido ser exhaustivo, no sólo no soy liberal sino que soy profundamente antiliberal. Sólo me quedaría, a la gente que se dice de derechas y que se proclama liberal (vuelvo a repetir, creo que sin saber muy bien lo que dice o porqué lo dice) recordarles que, como muestra el filósofo Gustavo Bueno, el liberalismo fue la primera izquierda.

domingo, 4 de mayo de 2014

IMPULSO SOCIAL EN MOLINA DE SEGURA

También se presentó IMPULSO SOCIAL en la localidad murciana de Molina de Segura, de acuerdo con la idea de dar a conocer el  proyecto en todo el viejo Reino de Murcia. He aquí mi discurso:


Estamos aqui para presentaros la nueva coalición Impulso Social, un proyecto del que, como sabéis, formamos parte 3 formaciones políticas aquí presentes, distintas, pero que han tenido la altura de miras y el patriotismo suficiente para aparcar diferencias y centrarse en lo común. 

Ante la deriva de la política española y ante el abandono de principios y valores absolutamente irrenunciables para un católico y español, decidieron dar luz a una nueva formación política que asumiera como propios esos principios y valores, esas raíces cristianas inherentes a España y ese amor a nuestra Patria que fueron arrojados al fango por todos los partidos del arco parlamentario. Así ha surgido Impulso Social. Un proyecto nuevo, distinto, joven, limpio, preparado, comprometido, emergente y muy ilusionante que quiere, sin complejos, en positivo, y con alegría, rescatar para la vida pública la decencia, la honradez y el sano afán de servicio a los demás que ya nadie practica.

Porque... mirando la actualidad política española y centrándonos en el gobierno...¿Es esto lo que la mayoría de españoles votaron un 20 de Noviembre? ¿Los españoles votaron por más impuestos, por bajadas de sueldos, por despidos, por recortes inasumibles, por la pérdida de la soberanía nacional en manos  de Europa, por el copago, por la continuidad de la negociación con los asesinos separatistas de ETA y la consiguiente traición a las víctimas (que somos todos los españoles, no se olvide)? ¿Para esto se votó un cambio de gobierno?  ¿Para que se rescate una caja de ahorros mal gestionada por el mismo partido que está en el gobierno con una cantidad cifrada en Billones de las antiguas pesetas mientras hay españoles que se mueren de hambre y que abarrotan las colas de Cáritas? 

Es evidente que no. Y nos quejamos. Pero, a continuación, ¿Qué hacemos? Seguir  quejandonos,  rasgarnos las vestiduras, criticar a Rajay de forma despiadada...pero no movemos ficha. Estamos  instalados en el inmovilismo más atroz. Esto hay que cambiarlo. Por eso surge Impulso Social. Para cambiar las cosas.  Para proponer un nuevo modelo de sociedad en España y en Europa, alejado tanto del materialismo estatista cuasi totalitario del socialismo, como del individualismo egoísta y relativista del liberalismo. Defendemos la auténtica libertad, la de las personas, sí, pero también la de las familias, la de los ayuntamientos, la de los cuerpos sociales naturales,  frente a la intromisión salvaje del Estado que todo lo controla, y que debería actuar únicamente de forma subsidiaria allá donde la sociedad no llegue. Y defendemos un orden social justo, donde se dé prioridad a los más débiles y se le dé a cada uno lo suyo y lo que necesite y merezca. No creemos en la Europa de los mercaderes y de los plutócratas. Queremos acabar con la partitocracia dándole a la sociedad su verdadero protagonismo, permitiendo que se organice libremente. Queremos una Europa respetuosa con la soberanía de los Estados miembros. Queremos una Europa que mantenga el Estado del Bienestar, garantizando educación, sanidad y asistencia social. Queremos una Europa que impulse la participación del trabajador en los beneficios de la empresa y que mantenga el poder adquisitivo de las pensiones.  Queremos una Europa en la que España no vuelva la espalda a su relación con las naciones hispanas asumiendo la misión de ser puente entre Europa y América.  Y queremos una Europa social, que proteja al niño concebido y no nacido, a la familia natural, que busque el bien común y que tenga en las raíces cristianas y en la Tradición sus señas de identidad. Y para ello os convocamos.

Para Rajoy, que presume de liberal, demócrata, pluralista y todas esas gaitas que estamos acostumbrados a escuchar con las que se llena la boca, partidos "estrafalarios" son aquellos que no pertenecen al bipartidismo imperante que él considera la panacea y el mejor de los mundos posibles. Así, un partido (por serio, honrado y decente que sea) que discuta el sistema político español o las políticas llevadas a cabo por ambos partidos turnantes durante años es calificado como "estrafalario" y condenado a las llamas del averno. De tal manera que defender creencias, ideas, principios, valores que ninguno de los partidos sagasta-canovistas defiende tales como, por ejemplo, la vida desde su fecundación hasta su fin natural; la familia hombre-mujer unida y abierta a la vida; las raíces católicas de España y por tanto su  Religión y su Iglesia; la unidad de España y su identidad, soberanía e independencia; la libertad de educación, el Bien Común, la moralidad pública, la independencia judicial,  la justicia social, etc. etc. es silenciado, desprestigiado y expulsado de la vida política

Pues bien, yo (y estoy seguro de que también vosotros), que no comulgo con el sistema vigente, que no coincido de ninguna manera con los partidos del sistema, me declaro orgullosísimo de coincidir, defender y apoyar a esta coalición y ser por tanto un estrafalario. Y a mucha honra. Y considero ese proceder un insulto incalificable hacia miles de personas  engañadas, desencantadas y decepcionadas ante el espectáculo bochornoso e inadmisible de la clase política.

Y no nos sirven proyectos B. Es curioso observar cómo estos salvapatrias de los (supuestos, aparentes) nuevos partidos consiguen convencer e ilusionar a alguna gente. Unos salvapatrias además causantes o responsables de muchos de los problemas que llevamos arrastrando durante años. Tuvieron su momento y lo desaprovecharon. Y a base de bien además. Segundas partes nunca fueron buenas. Si de verdad queremos la salvación de España ésta no vendrá de viejos dinosaurios de la política. Hacen falta ideas nuevas, savia nueva, proyectos nuevos y distintos, salpimentado todo ello con la rica Tradición española que es católica y patriota. Todo lo demás, y la historia lo ha demostrado con creces, está abocado al fracaso.

Los políticos son como los futbolistas. Si os dais cuenta éstos, cada vez que tienen un micrófono cerca, dicen siempre lo mismo, los mismos tópicos archiconocidos, desde septiembre a junio: "no hay enemigo pequeño", "la liga es muy larga", "los partidos duran 90 minutos", "el fútbol es así", etc. etc. Y los políticos exactamente igual: "esto se arregla con más democracia", "a los violentos se les derrota con la palabra", "el sistema que nos hemos dado", "se necesita más Europa" etc. etc.

Así son. Maestros de la palabrería hueca, vacía, carente de contenido, tópica, demagógica y que no resuelve nada. Pero eso sí, con sueldos multimillonarios por no decir nada y hacer menos aún. Y mientras tanto miles de problemas gravísimos por resolver. Claro que, a ellos, esos problemas les pillan bien lejos, parasitando como parasitan de nuestro trabajo y nuestros impuestos. Nosotros no somos así. Nosotros somos claros, directos, no sabemos de medias tintas ni de componendas. Lo que pensamos y lo que queremos lo expresamos con toda la crudeza si me permitís la expresión de que somos capaces. 

Por eso urge una nueva clase política. En la que no quepa el político profesional, en la que se llegue a puestos públicos por mor del mérito y la capacidad, en la que se imponga la honradez, a la que se llegue por vocación de servicio a los demás y que primen principios y valores claros por encima de cualquier otra consideración.

Por todo esto y mucho más creo llegada la hora ¡por fin! del cambio en el voto. Creo llegada la hora de que los católicos y españoles orgullosos de serlo, sin cálculos electorales y olvidando el nefasto mal menor y el voto útil, votemos en conciencia. Nos lo están poniendo en bandeja. No dejemos pasar esta oportunidad de oro.

Por lo que a mí me toca no puedo terminar sin recordar, próxima como está su canonización, la figura insigne de un hijo de Molina del Segura, D. Francisco Martínez García, director del diario La Verdad, alcalde de Murcia y dirigente de la Comunión Tradicionalista de Murcia, vilmente asesinado un 5 de agosto de 1936. Que su recuerdo y su ejemplo nos ayude y nos ilumine.

Muchas gracias.

domingo, 30 de marzo de 2014

IMPULSO SOCIAL EN CARTAGENA

Siguiendo con la ronda de presentaciones de Impulso Social en la Región de Murcia, esta vez fue en Cartagena, donde también tuve la oportunidad de hablar. Estas fueron mis palabras:

Bárcenas, Gürtel, Eres falsos en Andalucía, Fundación Ideas, caso Pallerols, caso Palau, familia Pujol, caso Campeón, caso Pokemon... son tantos que apenas cabrían en un discurso. Los casos de corrupción en la política española se amontonan en un bucle sin fin que afecta a partidos, sindicatos, empresarios. Se puede afirmar sin temor a equivocarnos que el sistema es corrupto. Este sistema liberal que, en frase falsa y desgraciada, "nos hemos dado", es un pozo sin fondo de corrupción, más aún, no se puede entender el sistema sin la corrupción. Esta afirmación, grave, requiere evidentemente una explicación. Y esta explicación la encontramos en la génesis, en el origen, en las raíces del sistema mismo. A mi juicio el sistema nace de una triple corrupción. Esta triple tara de corrupción moral, institucional y política desde su origen mismo creó una clase política inmoral e indecente (la del llamado consenso) dando como resultado el sistema más corrupto que se ha conocido en la historia de España, que no tiene regeneración posible. Consecuentemente todas las medidas que se tomen y que no apunten al fondo del asunto serán meros parches. Todos esos pactos y leyes que se nos anuncian aprisa y corriendo los partidos como meras huídas hacia adelante no solucionarán nada. No se puede ser juez y parte. El sistema es el problema. Si de verdad se quiere terminar con la corrupción insoportable que padecemos no queda otra solución que acabar con el propio sistema causante.

Pero no sólo es la corrupción. Asistimos impávidos al desafío separatista catalán (y en breve el vasco) sin que el estado  dé señales de vida, al tiempo que se asaltan las fonteras de Melilla y la extrema izquierda violenta y filo terrorista actúa impune en las calles de España. Y aquí no pasa nada.

 Los partidos actuales, en esencia asociaciones meramente electorales que se forman alrededor de unos (supuestos) principios de los que mucho hablan pero poco sienten y de un programa que rara vez se piensa cumplir, no son más que una oligarquía de intereses, a menudo bastardos, dirigido por unos pocos con la meta final de gobernar (y aprovecharse) de muchos. Así pues, cuando se dice que en el parlamento reside la voluntad nacional se está pervertiendo la realidad, pues allí reside la voluntad propia y particular de los partidos que lo forman. Ni más ni menos. Y a partir de ahí la voluntad de los partidos (o de sus dirigentes) ocupa y copa toda la actividad política, tanto en España como en Europa.

Por el contrario nosotros creemos en un sistema honrado y decente en el que la política no sea una profesión sino un acto de servicio, en el que los jueces sean verdaderamente independientes, en el que el pueblo español esté real y eficazmente representado en unas instituciones fuertes, legítimas y nacionales, y en el que realmente se defienda a España y a los españoles. Este es el camino, no hay otro. Todo lo que signifique intentar una regeneración, una reforma, una reconversión del sistema acabará en fracaso  y será un engaño más. Por eso nace Impulso Social.

Echando un vistazo al actual gobierno nos encontramos por una lado con que sigue manteniendo erre que erre las mismas políticas de la peor izquierda: subida de impuestos, alianza de civilizaciones, adoctrinamiento en la educación, ley de memoria histórica, aborto, divorcio exprés y "matrimonio" homosexual, etc. etc. Y por otro lado pone en práctica las políticas de la peor derecha: liberalismo, conservadurismo del que lo conserva todo incluído lo malo, aburguesamiento, acomodación, capitalismo salvaje y medidas antisociales. Todo ello aderezado con la cobardía de no plantar cara a los separatistas (tanto los "moderados" como los terroristas) y su falta de arrestos para defender la soberanía e independencia de España ante los euroburócratas de la Unión Europea.

He aquí el llamado centro-reformismo, aquél que, partiendo de la peor izquierda y la peor derecha, reforma para no reformar nada.

¿Cuál es el problema del partido del gobierno? Yo me atrevería a decir que se encuentra en su raíz ideológica o quizás en su falta de ella. Vamos a ver: se hartan de repetir que son de centro pero, ¿Qué es el centro? ¿Sabrían definírmelo? ¿Es conservador? ¿Es liberal? ¿Es democristiano? ¿Es centro-derecha o centro-izquierda? ¿Es una ideología, un estado de ánimo, es producto del complejo? Yo contestaría que el centro no existe, es una entelequia, una ficción, una burla. Uno se ha de posicionar, hacerlo con todas las consecuencias, sin complejos, sin ambigüedades, sin componendas, sin "bajarse los pantalones",  y sobre todo representando a sus votantes que, en su mayoría, no son de "centro" precisamente. Tratar de posicionarse como de centro por el miedo al qué dirán o a perder elecciones , a la larga trae estos problemas. Sin ideario claro que llevarse a la boca es imposible tener recetas y propuestas claras que satisfagan a los votantes.  ¿A qué es debido si no que coincidan tantísimo con el PSOE en casi todo (incluso en la economia como estamos viendo)? ¿Cuál es la diferencia moral, social, cultural, nacional entre PP y PSOE? Prácticamente ninguna.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿Qué más hace falta para que los españoles de bien reaccionemos? ¿Qué más hace falta para que nos levantemos de una  vez de verdad, despertemos y volquemos esta situación de desastre nacional sin paliativos?. Nos jugamos mucho y no podemos permitirnos el lujo de seguir mirando al cielo con los brazos cruzados. Ya está bien de esperar a que otros hagan algo por nosotros. Es nuestra hora.

¿Es que no estamos hartos ya de esta casta parasitaria que nos desgobierna?¿Es que tenemos que sufrir en silencio el laicismo salvaje, la entrega de España y la corrupción generalizada de unos y otros? ¿No es hora de  volver a nuestras raíces católicas y españolas? Sigamos a Juan Pablo II cuando dijo "no tengáis miedo" y rompamos la barrera del silencio y de la acción. Nosotros ya lo estamos haciendo.

 De hecho por eso ha surgido Impulso Social. Para cambiar las cosas. Para proponer un nuevo modelo de sociedad en España y en Europa, alejado tanto del materialismo estatista cuasi totalitario del socialismo, como del individualismo egoísta y relativista del liberalismo. Defendemos la auténtica libertad, la de las personas, sí, pero también la de las familias, la de los ayuntamientos, la de los cuerpos sociales naturales, etc. frente a la intromisión salvaje del Estado que todo lo controla, y que debería actuar únicamente de forma subsidiaria allá donde la sociedad no llegue. Y defendemos un orden social justo, donde se dé prioridad a los más débiles y se le dé a cada uno lo suyo. No creemos en la Europa de los mercaderes y de los plutócratas. Queremos acabar con la partitocracia dándole a la sociedad su verdadero protagonismo, permitiendo que se organice libremente. Queremos una Europa respetuosa con la soberanía de los Estados miembros. Queremos una Europa que mantenga el Estado del Bienestar, garantizando educación, sanidad y asistencia social. Queremos una Europa que impulse la participación del trabajador en los beneficios de la empresa y que mantenga el poder adquisitivo de las pensiones.  Queremos una Europa en la que España no vuelva la espalda a su relación con las naciones hispanas asumiendo la misión de ser puente entre Europa y América.  Y queremos una Europa social, que proteja al niño concebido y no nacido, a la familia natural, que busque el bien común y que tenga en las raíces cristianas y en la Tradición sus señas de identidad. Y para ello os convocamos.

Asi decimos las cosas, directamente, diáfanamente, sin complejos, sin zigzagueos, tratando el problema desde la raíz misma, pensando en España y en los españoles ¿Quién se atrevería a poner en práctica este u otro programa parecido? Nadie del actual arco parlamentario. Éstos se conformarán con mantener lo establecido. Por eso hay que acabar con el voto útil y el mal menor. Impulso Social está formado por personas honradas, decentes, limpias, patrióticas, que apuestan de verdad por una alternativa coherente y posible al actual estado de cosas. Impulso Social  nos da la oportunidad de reaccionar, de movernos, de despertar en suma. No la dejemos de aprovechar.

Habrá quien se deje seducir por los cantos de sirena de los nuevos (supuestos, aparentes) partidos que han surgido del sistema. No olvidemos de dónde vienen y su pensamiento y praxis políticas. Su aparición ha sido debida  a meras cuestiones personales pero no ideológicas. Dicho en Román paladino son los mismos perros con distintos collares. Algunos esgrimen la excusa del desgaste que supone la corrupción con el caso Bárcenas pero nadie de esta camarilla alzó la voz por el caso Naseiro cuando sí eran bien tratados por la cúpula del partido. Otros aducen que se ha mentido en el programa electoral, pero también Aznar prometió una ley de educación y un plan hidrológico nacional que jamás entraron en vigor (gobernó 8 años, recordad) y nadie clamó por incumplir estas promesas. Y otros consideran que no se responde como debe ser a los desafíos separatistas pero tan separatista era CiU con Aznar como ahora y nadie se opuso al reparto de competencias que realizó el gobierno de entonces tan perjudicial para la unidad de España y con lo que supuso como balón de oxígeno para el separatismo.

Estos partidos no defienden la vida frente a todo aborto, no defienden la familia bien entendida frente al lobby gay y a quienes pretenden acabar con ella, no defienden las raíces, principios y valores católicos y la tradición milenaria de nuestro pueblo, ni la unidad, soberanía, identidad e independencia de nuestra Patria. No nos equivoquemos ni caigamos en la trampa. Los causantes y responsables de muchos de los males que nos ahogan no son ni pueden ser los salvadores. Ni aunque cambien de partido.

En contraste vemos como partidos similares a nosotros en toda Europa van consiguiendo importantes logros electorales y cuotas de poder. ¿Porqué no en España? ¿Porqué tenemos ese miedo casi invencible a votar en conciencia a quienes de verdad nos pueden representar? Si en Europa es ya una constante, ¿A qué esperamos los españoles?

El otro dia leí un comentario de un ususario en internet que decía: El “cuerpo” me pide votar a Impulso Social, pero antes querría saber sus pronósticos electorales, ya que no estoy dispuesto a tirar mi voto a la alcantarilla, caso de que no obtengan ningún resultado. No es ese el planteamiento que debemos hacernos. Huyamos de los cálculos meramente electorales. No estamos aquí para ganar elecciones, sino para defender creencias, ideas, principios y valores que nadie defiende.  A eso hay que añadir que estas elecciones, al ser circunscripción única, dan muchas más opciones de representación a un partido minoritario (en esta caso coalición) como es  Impulso Social, que si fueran elecciones generales.

Creemos que somos lo suficientemente atractivos, sugestivos, honrados y decentes como para que os ilusionéis y no necesitéis mirar a otros embarcaderos. Nuestro barco es joven,fresco, firme, claro, desacomplejado, coherente y preparado. Os invito a subiros en él.

Y una vez en él necesitamos que os convirtáis en nuestro altavoz. Que deis a conocer Impulso Social, a vuestros familiares, amigos, conocidos, en el trabajo. Desgraciadamente tenemos escasez de medios, nadie nos subvenciona (no como a otros). Por eso necesitamos que seais nuestra voz.

Y nada más. Ilusionáos, tened fe, esperanza, mucho ánimo y adelante.

Muchas gracias.

domingo, 16 de marzo de 2014

IMPULSO SOCIAL EN MURCIA

Ayer, 15 de Marzo, se presentó oficialmente Impulso Social en Murcia. Con la lectura del manifiesto que dió lugar a la coalición, comenzó el acto en el que tuve el honor de participar. Mis palabras fueron las siguientes:

"Más de cinco millones de parados, empresas que no dejan de cerrar, hogares de la Iglesia repartiendo comida a cientos de familias completas, la inmigración cada día más descontrolada, Marruecos denigrando y riéndose de España, la corrupción en crecimiento constante, la justicia sometida de forma vergonzosa al poder político, la unidad de España descomponiéndose, el laicismo cada vez más agresivo... ¿No es hora de decir basta? ¿No nos han tomado el pelo lo suficiente? ¿No nos merecemos un cambio?

Hubo quien dijo que si llegaba al poder acabaría con la corrupción generalizada del PSOE. Muchos le creyeron, hasta llevarle a la mayoría absoluta. Hoy ese mismo partido está pringado como el que más. Y el origen del actual pringue está precisamente en ese gobierno que prometió acabar con la corrupción. Pero es imposible, porque la corrupción está intrínsecamente ligada al sistema, un sistema impunista, buenista, sin control, en el que la mayoría de los partidos están de acuerdo en cuestiones esenciales que hacen posible que ocurran episodios y casos como los que leemos todos los días en la prensa. El ya famoso y manoseado consenso.Y da igual que sean populares, socialistas,o nacionalistas. Todos pringados.        El sistema es el problema. Esto no se arregla votando al partido B en contraposición al partido A, es necesario un cambio sustancial y definitivo que de la vuelta como a un calcetín a la situación actual. Eso jamás lo harán los partidos del pesebre, significaría perder su situación de privilegio. No les interesa. Hay que mirar más allá, tener altura de miras y acabar con el actual estado de cosas. ¿Mirando extramuros del sistema? Por supuesto. No hay otra solución. Porque sino seguiremos en el  consenso del que reforma para no reformar nada.

Apuntábamos antes que el sistema es el problema. Claro. Es un sistema partitocrático en el que  la voluntad de los partidos ocupa y copa toda la actividad política de la nación. Incluso van más allá.

En efecto la partitocracia lo copa todo porque:

- La vida no solamente política sino social se identifica con el partido. Así les vemos participar en cuestiones trascendentes como las universidades o las cajas de ahorro.

- Se financian a cargo de los presupuestos del estado, es decir los pagamos tú y yo, a pesar de no estar de acuerdo con ellos en parte o en todo.

- Aparece como intermediador impidiendo el normal desarrollo de la vida social y económica.

- Impide los principios de mérito y capacidad, atendiendo únicamente a la ideología. Tenemos sobrados ejemplos de cargos del estado incapaces, pero absolutamente ideologizados.

- No atiende al bien común e impide también la tarea común, deshaciendo (siquiera sea en parte) uno lo que el otro hace.

Pero siendo esto grave, quizás lo más grave sea la completa y total dependencia de la justicia de los partidos políticos. Es la mayor perversión. No es tolerable ni "democrático" que el gobierno de los jueces lo elija el parlamento, es decir, los partidos representados en él. Quien tiene la mayoría en el parlamento la tiene a su vez en el Consejo General del Poder Judicial. Lo que me lleva a tomar en consideración también que quien tiene la mayoría en el parlamento (el partido X) es quien gobierna la nación, en cuyo caso ¿Dónde está la separación de poderes? La partitocracia acaba convirtiéndose en la dictadura del partido en el gobierno, que lo controla todo: gobierno, poder legislativo (parlamento) y poder judicial.

Y qué me decis de la ley electoral. Una ley antidemocrática por la cual una serie de señores (del partido, claro) eligen una lista cerrada y bloqueada a la que hay que votar por narices si se quiere participar en las elecciones. Es decir, que el pueblo español vota, sí, pero no ELIGE, eso ya lo hicieron por él la cúpula de los partidos políticos. Pero hay más, no se ha enseñado a votar al pueblo: unos votan por rutina, sin reflexión; otros votan en contra de y no a favor de; otros por el voto útil, sin saber qué utilidad real tiene su voto; otros actúan como si de un club de fútbol se tratara, se es de ese club hasta la muerte. Poco o nada hay de conocimiento real, de responsabilidad personal, de búsqueda del bien común.

 Esto es lo que queremos cambiar.Para eso ha salido a la luz pública Impulso Social. Nuestro modelo de sociedad es bien diferente. Buscamos la ejemplaridad de los gobernantes. Si como alecciona un adagio francés el pescado se pudre por la cabeza, para terminar con la corrupción de la que la cabeza ha contagiado a las instituciones y a la sociedad, ha de comenzarse por sanear la cabeza mediante la eliminación de sus partes podridas.

Y por otra parte nos encontramos con otro gran problema. La pérdida casi absoluta de valores, como la austeridad, la solidaridad, la disciplina, el esfuerzo, el sacrificio, la responsabilidad, el compromiso, la vocación de servicio, la búsqueda del bien común, la unidad ante la adversidad, el fomento de la familia como célula básica de la sociedad, aparte de los valores morales que nos enseña la Santa Madre Iglesia. Una sociedad anestesiada, pasota, sin referentes morales es una sociedad muerta. Es pues urgente, urgentísimo diría yo, regenerar moralmente a la sociedad para salir de esta crisis de la que no vemos fin.

Y, repito, eso no vendrá por un cambio de gobierno. Tendremos que ser nosotros, lo que quede de sano y moral pueblo español, los que saquemos adelante a España, sin politiquerías ni partidismos, buscando únicamente el bien común de nuestro gran pueblo.

Y esta es la razón de ser de Impulso Social y por la cual nos presentamos a estas elecciones. Para cambiar las cosas. Para proponer un nuevo modelo de sociedad en España y en Europa, alejado tanto del materialismo estatista cuasi totalitario del socialismo, como del individualismo egoísta y relativista del liberalismo. Defendemos la auténtica libertad, la de las personas, sí, pero también la de las familias, la de los ayuntamientos, la de los cuerpos sociales naturales, etc. frente a la intromisión salvaje del Estado que todo lo controla, y que debería actuar únicamente de forma subsidiaria allá donde la sociedad no llegue. Y defendemos un orden social justo, donde se dé prioridad a los más débiles y se le dé a cada uno lo suyo. No creemos en la Europa de los mercaderes y de los plutócratas. Queremos acabar con la partitocracia dándole a la sociedad su verdadero protagonismo, permitiendo que se organice libremente. Queremos una Europa respetuosa con la soberanía de los Estados miembros. Queremos una Europa que mantenga el Estado del Bienestar, garantizando educación, sanidad y asistencia social. Queremos una Europa que impulse la participación del trabajador en los beneficios de la empresa y que mantenga el poder adquisitivo de las pensiones.  Queremos una Europa en la que España no vuelva la espalda a su relación con las naciones hispanas asumiendo la misión de ser puente entre Europa y América.  Y queremos una Europa social, que proteja al niño concebido y no nacido, a la familia natural, que busque el bien común y que tenga en las raíces cristianas y en la Tradición sus señas de identidad. Y para ello os convocamos.

No será un camino de rosas. Lo sabemos. Asistiremos al silencio informativo y al llamamiento desesperado al mal menor y al voto útil que algunos lanzarán. Parecerá que nos digan: Español  atontado: ¡Vota PP aunque no te guste! Que si votas a los partidos "estrafalarios" como con evidente falta de respeto los denominó Rajoy, en vez de nosotros, vendrá el COCO del PSOE, que es aun más antidemocrático, más relativista, más abortista y más cretino que nosotros! Venga chicos, todos a votar al PP, que en Europa esta Mayor Oreja... ese democratacristiano de bolsillo que siendo el jefe del PP en Europa hasta hace bien poco, permite que 3 de cada 4 miembros de su grupo, voten a favor del aborto y de la ideología de género en Europa (con Vidal-Cuadras a la cabeza por cierto, aunque ahora vaya de provida de toda la vida). SEÑORES, YA NO CUELA.

Aún asi se nos dirá: "los votos que deis a Impulso Social se los quitaréis al PP". El argumento es falso por dos motivos: porque se les vuelve en contra ya que el voto que se dé al PP se le resta a Impulso Social y porque el voto no es propiedad de nadie, únicamente del votante, que puede hacer con él lo que le parezca oportuno. Por lo tanto nadie quita nada a nadie.

Pero seguirán erre que erre con el asquerosamente manoseado tema del "mal menor". Pues habrá que decirles que ética y moralmente el "mal menor" sólo se puede elegir cuando todas las opciones existentes sean malas en mayor o menor grado, pero no cuando una de tales opciones es objetivamente buena. No votar a lo positivamente bueno significa un apoyo explícito al mal, aun cuando sea un "mal menor". Porque el mal menor convierte en cotidiana una situación excepcional.

-Porque una situación de mal menor prolongada hace que el mal menor cada vez sea mayor mal.

-Porque, como dice el Catecismo, un mal siempre es un mal y “es erróneo juzgar la moralidad de los actos considerando sólo la intención o las circunstancias"

Y además no consigue reducir el mal mayor (si es que eso existiera) porque:

-Las energías que debían gastarse en proponer bienes plenos se gastan en proponer males menores.

-Porque es una opción de retirada, pesimista, en la que el político esconde sus talentos por temor, o por falsa precaución. Porque la táctica del mal menor predica la resignación; y no precisamente la resignación cristiana, sino la sumisión y la tolerancia al tirano, a la injusticia y al atropello. Con tácticas malminoristas no habría caído el muro de Berlín, ni habría habido Guerra de la Independencia Española, ni insurgencia católica en la Vendée, ni Carlistas en España, ni Cristeros en México. Y tal vez ninguna oposición habría encontrado el avance islámico por Europa. No habrían existido ni Lepanto, ni Cruzadas, ni Reconquista...

-Porque hay ejemplos sobrados en los que el triunfo del malminorismo ha dado el poder a partidos que reclamando el voto católico han amparado, y eso ha pasado en media Europa, una legislación anticristiana (, aborto, eutanasia, uniones homosexuales,)

Es por tanto una postura vergonzante, de retroceso, defensiva y que denota un gran complejo de inferioridad. No es consiguientemente asumible por un católico español teniendo en cuenta además que existen opciones que reúnen los requisitos mínimos para ser votables.

En cuanto al voto útil no hay voto más inútil que votar a quienes quieren que todo siga como está. El auténtico voto útil es a Impulso Social, porque quiere cambiar las cosas, porque defiende  principios y valores que ya nadie defiende, porque está libre de complejos, tibiezas y cobardías, y porque, estas elecciones, al ser circunscripción única, dan muchas más opciones de representación a un partido minoritario (en esta caso coalición) como es  Impulso Social, que si fueran elecciones generales. La mayoría de sus afiliados y simpatizantes son gentes normales, buenos profesionales que no buscan hacer carrera como los políticos profesionales, si no para dar vuelta a una situación que empieza a ser desesperante.

Pese a todo queremos que os ilusionéis, que os deis cuenta de que es posible. Más aún, es necesario. Y que no es una utopía. Se puede (y no estoy parafraseando a Obama). Torres más altas han caído.
Así pues, dale oportunidad a tus principios. Dale una oportunidad a tus valores. Vota a favor de la vida, de la familia, de las raíces cristianas, del derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos, del bien común, de la justicia social, de la unidad, soberanía, identidad e independencia de España, de una Europa de valores y verdaderamente social. Si queres una España y una Europa que armonice la tradición con el tiempo de hoy, si quieres que a la política vuelva la decencia y la honradez, si estás harto de complejos y tibiezas, si te sientes desengañado y harto, si no te sientes representado actualmente por nadie, si quieres un cambio real y efectivo, tu opción sin dudas de ninguna clase es Impulso Social. Tu voto es Impulso Social. Tu opción en Europa.

Pero no nos basta con tu valiosísimo voto. Somos más ambiciosos. Necesitamos que te conviertas en nuestro altavoz. Que des a conocer Impulso Social, a tus familiares, amigos, conocidos, en el trabajo. Como dije anteriormente  sufriremos el silencio mediático. Por eso necesitamos que seas nuestra voz (que no nuestra Vox, creo que me entendéis perfectamente).

Y nada más. Ilusionáos, tened esperanza, fe, confianza y a por ellos.

Muchas gracias".

La semilla está plantada. Sólo falta recoger los frutos que, esperamos, sean venturosos. Os esperamos en Impulso Social.

sábado, 1 de marzo de 2014

NACE IMPULSO SOCIAL

Ayer, 28 de Febrero, se presentó en Madrid ante el pueblo español la nueva coalición para las elecciones europeas formada por las fuerzas políticas Comunión Tradicionalista Carlista (CTC), Alternativa Española (AES) y Partido Familia y Vida (PFyV), denominada IMPULSO SOCIAL. Tras una breve introducción, donde se anunció que la coalición no está cerrada y que, de hecho, se espera alguna nueva incorporación de más partidos, se dió las gracias a los representantes de partidos y asociaciones allí presentes para dar paso a la lectura del manifiesto que ha dado lugar a la coalición.

La coalición Impulso Social se fundamenta en la defensa de la Vida desde su concepción hasta su muerte natural, de la familia natural hombre-mujer unida y abierta a la vida, de la libertad de educación en manos de los padres y no del estado, deL bien común a la que toda política se ha de dirigir, de la justicia social y de otra forma de estar en Europa en la que las naciones recuperen la soberanía perdida.

Tras la lectura del manifiesto, el conocido y mediático tertuliano de Intereconomía Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo fue dando paso a los oradores de la noche, que fueron desgranando los tres temas fundamentales a exponer: la vida, la familia y el bien común; el carácter social de la coalición y España en Europa.

Rubén Calvo por PFyV demostró que en estos momentos no hay ningún partido que defienda, en su integridad y sin tibiezas ni componendas, la vida, la familia y el bien común. Habrá quien quiera engañar con posiciones ambiguas o de puro cálculo electoral, queriendo inocular en el votante de buena fe aquello de "nosotros o el caos". Por el contrario, Impulso Social nace en defensa de Principios y Valores innegociables.

Francisco Javier Garisoain, en nombre de la Comunión Tradicionalista Carlista, habló de la libertad auténtica y de la sociedad bien entendida. Tras presentar a la coalición como "la única opción social", mostró las diferencias que nos separan tanto de los socialistas (intervencionistas, estatistas y casi totalitarios) como de los liberales (individualistas tanto en en el terreno económico como en el social, que no ejercen de contrapeso al socialismo).  Nosotros, dijo, creemos en la libertad para todos: libertad para las familias, libertad para los cuerpos sociales y naturales, etc. etc., no sólo para los individuos aislados y manipulables. Frente a la sociedad de borregos queremos una sociedad de la comunidad y la libertad. "Más sociedad y menos estado" como lema, porque queremos un estado eficaz, barato y pequeño, que se preocupe exclusivamente de lo que debe, sin injerencias ni extralimitaciones y que proteja a los más débiles. En definitiva, Impulso Social trabaja por la sociedad y no por el socialismo, por la libertad y no por el liberalismo. También criticó el sistema partitocrático, corrompido de raíz, y que se instala en la mentira electoral. Como colofón dió las gracias a Rajoy, a Rubalcaba, y a Bárcenas por enseñarnos y marcarnos el camino de lo que no se debe hacer en política

Finalmente tomó la palabra por AES Rafael López-Diéguez, quien empezó anunciando el apoyo del movimiento por la vida de Francia que ha movilizado a millones de franceses en los últimos tiempos, y de un sector de los conservadores británicos. Continuó explicando la idea de Europa que inspira a Impulso Social. Frente a una Europa absorbente y alejada de nuestros intereses queremos recuperar el espíritu fundacional de Europa. Bajo el lema "Europa sí pero no así", queremos una Europa que reconozca su pertenencia a la civilización occidental y cristiana, que admita la idiosincrasia y soberanía de los estados miembros y el principio de subsidiariedad. Una Europa que no atente contra la Vida, la familia, el bien social y la justicia, y que "no se ingiera en nuestra política interior antiterrorista". Frente al "más Europa" de los PP, PSOE, IU, etc. queremos que España sea un estado soberano e íntegro. ¿Cooperar? Siempre, pero situando el interés de España por encima del interés de otros países. A continuación desgranó algunas de las propuestas que Impulso Social llevará al parlamento europeo: reducir a una las dos sedes parlamentarias actuales (Bruselas y Estrasburgo) y el número de parlamentarios; acabar con la política del gasto desmesurado; reducir el dineral que supone el traspaso de los fondos directos e indirectos a las instituciones europeas, logrando un recorte inmediato y fulminante en esa estructura infame que es la actual burocracia. Europa tiene un carisma occidental y cristiano. Para estar en Europa hay que compartir esas raíces, que son fundamentales. Por eso no queremos ningún país islámico en la UE, por ejemplo Turquía. Vamos a proponer en 2017 un referéndum para que se revise la forma de estar de los Estados en la UE, así como la política de moneda única. Está visto que los países que han conservado su moneda hacen frente a la crisis mejor que nosotros. La Europa de hoy deja a España el cuidado de sus fronteras ante Marruecos, cuando son ellos quienes debieran ayudarnos a velar por ellas y a frenar la avalancha de inmigrantes, pues las fronteras son para el bien de todos.Finalmente recordó que estas elecciones son una oportunidad única por ser votación directa y circunscripción única. Es nuestra gran oportunidad y hemos de aprovecharla. No tendremos altavoces mediáticos. No importa, todos y cada uno de nosotros seremos un altavoz que hará oir el mensaje de Impulso Social en toda España:

Dejando bien claro que este no es un proyecto únicamente para defender la Vida y la familia (que también), sino que es más amplio, con un programa eminentemente social y un programa para Europa, se volvió a leer el manifiesto, dando por concluído el acto.

¡¡ESTA VEZ JUNTOS, SÍ PODEMOS!!.

sábado, 4 de enero de 2014

AHORA OS QUEJÁIS Y LUEGO LES VOTÁIS

Hemos entrado en el 2014, tercer año "triunfal" del gobierno del PP o, como ya describen algunos, tercera legislatura de ZP. Y el pueblo pepero se queja. Se queja amargamente, se queja desesperadamente, se queja desconsoladamente. Y lo hace porque:

-El gobierno del PP prometió bajada de impuestos y los ha subido. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió acabar con la asignatura de educación para la ciudadanía y la han mantenido con otro nombre. Y se quejan.

-El gobierno del PP prometió acabar con la ley de violencia de género y la han mantenido incólume. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió acabar con la ley del aborto a la que calificaban de coladero y han aprobado otra ley tan coladero como la anterior. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió defender a la familia, a la que en la oposición mostraban su apoyo en manifestaciones multitudinarias, y mantiene el divorcio expreés y el "matrimonio" homosexual. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió no negociar jamás con los terroristas y apoyar siempre a las víctimas, y han soltado criminales sanguinarios a mansalva y han humillado a las víctimas. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió hacer frente al desafío separatista y no mueven un dedo contra el cada vez más descarado y osado Arturo Mas. Y se quejan.

-El gobierno del PP prometió acabar con las leyes ideológicas del zapaterismo, caso de la ley de memoría histórica o la llamada alianza de civilizaciones, y las han mantenido. Y se quejan. 

-El gobierno del PP prometió reformar la administración y el sistema autonómico sigue campando por sus respetos, convertidas las comunidades cada vez más en auténticos reinos de taifas. Y se quejan. 

¿Es esto lo que la mayoría de españoles votaron un 20 de Noviembre? ¿Los españoles votaron por más impuestos, por bajadas de sueldos, por despidos, por recortes inasumibles, por la pérdida de la soberanía nacional en manos ya de Europa, por el copago, por la continuidad de la negociación con los asesinos separatistas de ETA y la consiguiente traición a las víctimas (que somos todos los españoles, no se olvide)? ¿Para esto se votó un cambio de gobierno?

Es evidente que no. Y se quejan. Pero, a continuación, ¿Qué hacen? Se siguen quejando, se rasgan las vestiduras, critican a Rajao de forma despiadada...pero no mueven ficha. Están instalados en el inmovilismo más atroz. Con razón se escucha en las calles ese grito tonante, atronador: ¡¡AHORA OS QUEJÁIS Y LUEGO LES VOTÁIS!!