jueves, 28 de mayo de 2009

EL PP ¿MAL MENOR?


Termino esta serie acerca del mal menor con un artículo con el que pertendo demostrar que, si alguna vez lo fue, el PP ha dejado y con creces de ser el ansiado por algunos "mal menor".


Empezaré por decir que según el Observatoire de l´Europe, en un estudio muy reciente, en el 2008 los eurodiputados del PPE (Partido Popuar Europeo) y del PSE (Partido Socialista de Europa) pulsaron el mismo botón en el 97% de las 535 votaciones nominales y tan sólo se "enfrentaron" en 18 ocasiones. Esto revela el grado de afinidad y coincidencia de criterios de ambas formaciones en Europa. Pero hay más porque, según los datos recopilados por VoteWatch, los eurodiputados españoles de PSOE votaron en un 69,9 % lo mismo que los eurodiputados del PP. En los últimos cinco años se han celebrado en el Parlamento Europeo un total de 6.149 votaciones, de las que en 4.286 ocasiones los socialistas pensaban exactamente lo mismo que el PP, porque votaron exactamente lo mismo que ellos. Esto lleva a la conclusión clara y evidente de que PP y PSOE, PSOE y PP son prácticamente lo mismo en Europa. De lo que se deduce que, si no hay prácticamente diferencias sustanciales y trascendentes, no hay ni puede haber más que una cosa: mal. Sin apellidos.


Pero, ¿Y en España? Porque, aunque estas elecciones son europeas, es evidente que como se piensa, se propone y se actúa en tu país, igualmente se hace en Europa. Pues bien:


Cuando un partido dice defender la vida mientras acepta sin reservas la actual ley del aborto, legaliza la píldora RU-486 y la del día después (PDD) y realiza experimentos con embriones humanos (cuando era gobierno), al tiempo que subvenciona clínicas abortistas; cuando un partido dice defender la familia mientras acepta sin reservas las parejas de hecho y homosexuales (aun cuando no las llame matrimonio, que igual da que da lo mismo) y únicamente se abstiene en la votación de la ley del divorcio exprées; cuando dice estar inspirado por el humanismo cristiano para atraerse el voto católico mientras reprueba vergonzantemente al Papa y acepta toda la cultura progre y laicista sin mover un dedo ni defiende las raíces cristianas de España; cuando un partido dice defender la libre educación para los hijos mientras impide la objeción de conciencia a la EpC en autonomías en donde gobierna (como es el caso de la mía, Murcia); cuando un partido dice defender la unidad de España y se alía con los separatistas para auparse al poder (como hizo Aznar en su primera legislatura) o se apunta a la deriva estatutaria firmando estatutos filoseparatistas como el de la "realidad nacional andaluza"; cuando en materia militar, la reforma de las Fuerzas Armadas llevada a cabo por los ministros Eduardo Serra (heredado de los socialistas) y Federico Trillo-Figueroa nos han dejado, simplemente, sin ejércitos, sin capacidad defensiva (de la ofensiva ni hablamos) y sin independencia en la fabricación de armamento, etc. etc., ¿Podemos llamarlo sin sonrojarnos "mal menor"? Un partido voluble, acomplejado, cobardón en muchos aspectos, sin ideario claro, que ha renunciado a principios, valores, y a dar la batalla cultural a la izquierda progre y laicista no puede seguir siendo considerado por los católicos y españoles orgullosos de serlo como el mal menor. Se ha convertido en un mal en sí mismo.


Y ya no es de recibo la teoría esa de que hay que echar a Zparo como sea. Primero porque lo que se dilucida en estas elecciones no es el gobierno de España ni son unas elecciones generales, y en segundo lugar porque, como creo haber demostrado más que sobradamente, el PP no se diferencia en muchísimas cuestiones importantísimas del PSOE. Y conste que no he tocado temas graves como el de la corrupción en la que también está embarcado el PP.


Por tanto creo llegada la hora del cambio, es hora de buscar y votar a quienes en serio y de verdad nos representen, es hora de darnos voz a los que no tenemos voz, es hora (por decirlo así) de votarnos a nosotros mismos. Y eso sólo lo haremos votando a un partido que defienda de veras principios y valores, que se muestre respetuoso con los católicos, que quiera defender en la vida pública, sin complejos, la vida, la familia, las raíces cristianas, la libertad educativa y la justicia social basada en la Doctrina Social de la Iglesia. Y que defienda a España y a su unidad.

Como dijo Juan Pablo II, no tengamos miedo. La vida no acaba en el PP ni muchísimo menos. El voto es nuestro, no es propiedad de nadie. Utilicémoslo en conciencia, como católicos que somos. En el siguiente artículo explicaré quién de verdad quiere representarnos sin complejos y que se merece sin duda nuestro voto.

domingo, 24 de mayo de 2009

LA PARADOJA DEL MAL MENOR


Me ha llegado un escrito muy clarificador acerca de la “doctrina del mal menor” contada en forma de “paradoja del mal menor”.

Hela aquí:

Tengo que elegir entre “A” y “B”.

“A” me jura que me sacará los ojos.

“B” me asegura que sólo me sacará uno.

Yo pienso “Con un ojo todavía puedo ver”. Elijo “B” y me quedo tuerto.

Nuevamente debo elegir entre “A” y “B”.

“A” promete sacarme el ojo que me queda y arrancarme además la lengua.

“B”, siempre más moderado, me tranquiliza diciéndome que sólo me sacará el ojo que antes me había perdonado.

Reflexiono: “Me quedo ciego, pero por lo menos aún podré hablar”.
Elijo, pues, a “B”.

Sucesivas elecciones terminan con el resultado que se puede prever: ni ojos, ni lengua, ni manos, ni pies…

Lo gracioso del caso es que mi elección ha sido siempre, no sólo legítima, sino verdaderamente racional y razonable.

Pero, no es necesario decirlo, algo ha fallado.

¿Tiene esto algo que ver con un sistema político donde existen dos partidos principales uno que lleva a cabo un programa político (eutanasia, sodomía, aborto…) y el otro lo único que hace es ralentizar ese programa político sin que en ningún caso trate de impedirlo?

¿Serán “A” y “B” el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y el PP (Partido Popular) respectivamente?

jueves, 21 de mayo de 2009

EL MAL DEL MAL MENOR

Ya están aquí, como aquél que dice, unas nuevas elecciones, esta vez europeas. Y como en todas ellas, volvemos a oir solemnes llamamientos a eso que tanto les gusta a algunos, el mal menor, contradictio in terminis pues todo mal es un mal en sí mismo. Como todos sabemos (o deberíamos saber) el mal no tiene grados.

Es inmoral apelar al mal menor porque impide el voto libre convirtiéndolo en voto cautivo. Un voto que, además, acaba en muchísimas ocasiones siendo despreciado. Los que así lo hacen se basan en obligar al votante a que elija entre dos partidos buscando una mayoría absoluta (mayoría casi imposible hoy en día), despreciando las demás opciones minoritarias y considerando su voto como un desperdicio. Continúan sosteniendo que, aunque el programa del partido malminorista no sea del todo compatible con las convicciones e ideas del votante, al menos se le asemeja, siendo lo realmente importante cerrar el paso al adversario político. El desengaño viene cuando los sufridos votantes se dan cuenta de que su voto, no sólo no ha servido para defender sus ideas, si no que se han hecho y se hacen políticas contrarias a la defensa de la vida, la familia, la unidad nacional, etc. etc. en caso de ser católicos y orgullosos de ser españoles.

Hacer propuestas y políticas malas a sabiendas de que son malas para con ello evitar políticas peores es, además de inmoral, ineficaz. ¿Porqué creemos que la doctrina del mal menor es mala? Porque:

-La doctrina católica es clara al respecto cuando afirma que la conciencia ordena “practicar el bien y evitar el mal” (Catecismo 1706 y 1777), que no se puede “hacer el mal” si se busca la salvación (Cat. 998) y que “nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien”. (Cat.1789)

-Porque el mal menor convierte en cotidiana una situación excepcional.

-Porque una situación de mal menor prolongada hace que el mal menor cada vez sea mayor mal.

-Porque un mal siempre es un mal y “es erróneo juzgar la moralidad de los actos considerando sólo la intención o las circunstancias” (Cat. 1756).

Y además no consigue reducir el mal mayor (si es que eso existiera) porque:

-Las energías que debían gastarse en proponer bienes plenos se gastan en proponer males menores.

-Porque es una opción de retirada, pesimista, en la que el político esconde sus talentos por temor, o por falsa precaución. Porque la táctica del mal menor predica la resignación; y no precisamente la resignación cristiana, sino la sumisión y la tolerancia al tirano, a la injusticia y al atropello. Con tácticas malminoristas nunca se habría decidido el alzamiento español de 1936, ni habría caído el muro de Berlín. No habría habido Guerra de la Independencia Española, ni insurgencia católica en la Vendée, ni Carlistas en España, ni Cristeros en México. Y tal vez ninguna oposición habría encontrado el avance islámico por Europa. No habrían existido ni Lepanto, ni Cruzadas, ni Reconquista...

-Porque hay ejemplos sobrados en los que el triunfo del malminorismo ha dado el poder a partidos que reclamando el voto católico han amparado, y eso ha pasado en media Europa, una legislación anticristiana (, aborto, eutanasia, uniones homosexuales, etc.)

Es por tanto una postura vergonzante, de retroceso, defensiva y que denota un gran complejo de inferioridad. No es consiguientemente asumible por un católico español teniendo en cuenta además que existen opciones que reúnen los requisitos mínimos para ser votables.

No quiero acabar este artículo sin citar a un gran político español, D. Víctor Pradera, tradicionalista, asesinado en 1936:

«Elevar a normal las excepciones, que la prudencia circunstancial puede aconsejar, es subvertir los fundamentos de la moral. El mal menor no es apetecido por la voluntad, porque ningún mal puede serlo. El mal menor, como todos los males, se soporta. Sólo por aberración puede ser proclamado como fin de una política, como algo que ha de ser querido y alcanzado. El bien posible quedaría reducido a aquél que la buena voluntad del enemigo nos permitiera alcanzar. Tal doctrina se redujo a esto: siendo los católicos incapaces de alcanzar el bien por sus esfuerzos, finalidad de ellos ha de ser un mal menos grave, o el bien, en su caso, que el enemigo quiera tolerarles. Una política inspirada en tal subversión de valores no podía dar otros resultados que los que nos punzan en nuestra carne y en nuestro espíritu".

jueves, 14 de mayo de 2009

EL PARTIDO DEL ODIO

Odio es lo que se vivió ayer en el Estadio de Mestalla en la final de la Copa del Rey. Odio a España, odio a sus Símbolos Nacionales, odio a quienes nos representan a todos los españoles y odio, en definitiva, a los españoles mismos de parte de quienes, aun renegando de su condición, son españoles por mucho que les repatée.

Es inadmisible que se toleren símbolos separatistas como se vieron ayer en el campo; es repugnante ver cómo un jugador del Barcelona, el tal Gerardo Piqué, intentó llevar una estelada separatista al palco para recibir de manos del Rey la Copa; es indignante comprobar cómo se permite que se mueste una gran pancarta con el lema "somos dos pueblos de Europa. Adiós España"; y es del todo insufrible ver cómo se pita, se abuchea y se insulta al Himno Nacional de España (no himno español como dicen algunos periodistas paniaguados. Himnos españoles hay muchos, Himno de España sólo uno como única es la Nación española).

¿Porqué se permitió todo esto, sabiendo como se sabía que se iba a producir? ¿Porqué no se suspendió el partido hasta que se dieran las condiciones de respeto y silencio que se merece el Himno Nacional de España? ¿Porqué Televisión (anti) Española censuró lo que estaba acaeciendo? ¿Porqué el Rey no abandonó el palco?

Es evidente. El sentimiento nacional español a día de hoy es prácticamente inexistente. No existe el orgullo de ser y sentirse español en grandes segmentos de la sociedad española. Y por ello se busca relativizarlo todo, no darle tanta importancia, al fin y al cabo son una minoría se suele decir. En otra época esto se habría considerado traición de lesa patria y habría significado penas muy graves. A buenas horas el renegado Lapuerta podría haber manifestado que su equipo y el Athletic (un nombre muy vasco, por cierto) son los equipos representativos de sus dos países si esta España nuestra fuera una nación seria y orgullosa de sí misma.

Hay que erradicar el separatismo. Urgentemente, enérgicamente, sin componendas ni ambigüedades, con la razón que nos da la historia y nuestro amor a España. Sí, porque, aunque parezca mentira, todavía hay españoles orgullosos de serlo que amamos a España más que a nuestra propia vida que no toleramos ataques ni insultos a nuestra Patria. No podemos admitir por más tiempo que se aprovechen de nosotros un puñado de traidores renegados, de nuestro dinero, de nuestra hospitalidad, de nuestro buen hacer como pueblo para luego pegarnos puñalada tras puñalada. Ya está bien de partidos y políticos separatistas que se hacen ricos a costa de nuestros impuestos y cuya única meta es la destrucción de España. Ya está bien de inoculaciones del veneno separatista en las escuelas. Ni un insulto más a España sin respuesta. ¡A por ellos!

Por otra parte no puedo por menos que rendir mi más profundo homenaje a los catalanes y vascos que, sintiéndose españoles, se vieron insultados y maltratados por esa turba antiespañola y repulsiva. Toda mi admiración y mi respeto en su defensa de España ante la tribu separatista.

Desde mi indignación más absoluta como español y desde mi henchido amor a la Patria española no puedo cerrar este artículo sin gritar con todas mis fuerzas ¡¡VIVA ESPAÑA!!

miércoles, 13 de mayo de 2009

EL ESTADO ¿DE LA NACIÓN?

Aunque suele ser aburrido y normalmente alejado de la realidad, hemos estado siguiendo el debate sobre el estado del país (que no Nación, como dice un buen amigo, porque de Nación ya casi nada queda), que han escenificado con muy poca habilidad la casta política que nos ha tocado sufrir a los españoles en el Congreso de los Diputados.

Sin evitar la crítica que se merecen por sus malas formas, sus insultos y sus acusaciones mutuas que les convierten más en una turba parvularia que en otra cosa, merece la pena detenerse más en otra cuestión: ¿Se debate real y verdaderamente sobre el estado de la Nación?

Yo no digo que no sea importante el estado de nuestra economía. Por supuesto que lo es, es importantísimo. Pero también considero que hay otros temas también graves. Evidentemente no va a ser el gobierno el que los saque a la palestra, no es de esperar que tire piedras sobre su propio tejado. Es, pues, tarea de la oposición. Y es aquí donde la oposición (supuesta oposición, como veremos) ni está ni se les espera. Como casi siempre, por otra parte.

Pero como nosotros sí que somos oposición (oposición incluso a la supuesta oposición) , vamos a hablar de algunos temas graves que no se tocaron en el aparente debate que nos "regalaron" ayer. Sin ánimo de ser exhaustivos, tocaremos sólo seis temas:

- Ley abortista de plazos. Una ley, que va a significar el incremento bestial de los abortos en España y que va a permitir a niñas de 16 años abortar sin permiso paterno, no mereció para la supuesta oposición ni un segundo de su tiempo. ¿La muerte indiscriminada de cientos de miles de seres humanos al año no es algo tan grave como la situación económica? Pues a nuestro entender lo es más aún. La situación económica es recuperable, una vida no se recupera jamás.

- Ley por la cual se podrá repartir la Píldora del Día Después (la tristemente famosa PDD) en farmacias sin receta médica y sin permiso paterno a menores de edad. Se rompe por tanto los derechos de los padres, su patria potestad, y además se impide la objeción de conciencia a los farmacéuticos. El ataque a dos derechos fundamentales, ¿No merecía ni un sólo segundo para la supuesta oposición? Para los que nos movemos por principios y valores nos parece gravísimo.

- Ley de libertad religiosa, eufemismo que encierra en realidad una ley mordaza para los católicos. Gracias a ella se podrá (como ya se ha intentado) la reprobación al Papa entre otras lindezas y se implantará definitivamente el laicismo salvaje que tanto busca la izquierda anticlerical e iconoclasta. Teniendo en cuenta que la supuesta oposición existe gracias a los votos de miles de católicos, ¿No deberían haberlo mencionado tan siquiera? A los católicos sí que nos preocupa. Y mucho.

- Legislaciones varias en distintas regiones de España (sobre todo Cataluña) por las cuales se vulnera el derecho de los españoles de conocer y usar el español, estudiar en él y conseguir un puesto de trabajo. Es un ataque por tanto a un derecho primario que recoge la constitución y un ataque a la igualdad de todos los españoles, amén de una conquista más del separatismo excluyente y cerril. ¿No es de una gravedad suficiente como para debatirlo? Parece que para la supuesta oposición no.

- Plan Bolonia, que ha significado graves convulsiones en la Universidad española. En un asunto tan importante como es la educación de los jovenes españoles, ¿No tiene nada que decir la supuesta oposición? Pues nosostros sí. Mediante este plan la Universidad dejará de ser tal y se convertirá en mera correa de transmisión de las empresas que serán las que impongan y evalúen los planes de estudio, desaparecerán Diplomaturas, Licenciaturas, Doctorados, Becas y las Tasas subirán. Las consecuencias serán nefastas pues al no poseer suficiente formación los estudiantes acabarán muy probablemente en el paro.

- La creciente inseguridad ciudadana. Raro es el día en que no nos desayunamos con uno o varios casos de inseguridad ciudadana. Las calles y plazas de nuestros pueblos, ciudades y barrios son cada vez más peligrosos y el españolito de a pié se siente cada día más inseguro ante la acción de la delincuencia organizada que ha alcanzado cotas insospechadas. A otros no sé, a nosotros nos parece muy grave.

Podríamos poner muchos más ejemplos (como la inmigración, la política exterior, los estragos que está causando "Educación para la Ciudadanía", etc. etc. ), que demostrarían que "el debate sobre el estado de la nación" es una falacia, una quimera, una cortina de humo que esconde la verdadera situación de España que no es, como pretenden algunos, sólo su situación económica. No sólo de economía vive el hombre. Es comprensible que el socialismo en el poder, por sus raíces marxistas, sólo entienda la política desde el materialismo y lo económico, pero un partido que se dice oposición debe estar a la altura de su responsabilidad en todos los órdenes. En todos. Es obvio que no lo está. Tomemos nota.

Por lo demás, este supuesto "debate" es una farsa más de este sistema corrupto, una teatralización para hacernos creer que los políticos realmente trabajan y se preocupan por los problemas de los españoles. Más nos valdria a todos menos "debates" y más trabajo y eficacia.

martes, 12 de mayo de 2009

REAL COMO LA VIDA MISMA





SONETO A LA DERECHA ESPAÑOLA

Blandengue, aguachirlosa, mantequilla,
cobarde, mingafría, timorata,
con sangre tan blancuzca como horchata
y nervio de jurel o pescadilla.

Simplona, pusilánime, pardilla,
insulsa, blandiblup y mojigata,
que bailas siempre al ritmo del sociata
e hincas ante el progre la rodilla.

Estúpida, pastueña, papamoscas,
que haciéndote la cusqui no te coscas
y vas de delicada cagaflores.

Gilipollona, estólida y tontucia,
que sólo te conduces con astucia
en traicionar a amigos y electores.

Fray Josefo.

Coincido punto por punto con la visión de Fray Josefo. Tan sólo le haría un matiz. Este soneto debería estar dedicado al centro-reformismo-liberal-progresista, acomplejado, sin principios y sin valores que hace ya mucho tiempo que dejó der ser derecha. La derecha es (o era) católica, patriótica, con convicciones, principios y valores y con cultura y tradiciones propias. Ahí están los nombres de Antonio Maura, Ramiro de Maeztu, José Calvo Sotelo.... ¿Qué tienen en común con Rajoy (alias Rajao) y el PP? Yo se lo diré, absolutamente nada.

De cualquier forma hoy la batalla no se libra entre derechas e izquierdas (porque, repito, no existe la derecha en España) sino entre el bien y el mal, entre la verdad y el relativismo, entre los principios y la ausencia de ellos, entre los valores y los contravalores, entre la verdadera libertad y el pensamiento único, entre progreso y progresismo, entre mal menor y bien posible. Como todos observamos día a día, el PP y sus adláteres no están por el bien, ni por la verdad, ni por los principios, ni por los valores, ni por la verdadera libertad, ni por el progreso ni son ni de lejos el bien posible. Posicionémonos y actuemos en consecuencia y en conciencia.

sábado, 9 de mayo de 2009

LA ESQUIZOFRENIA SOCIALISTA



Dicen que el nuevo "lendacari" vasco, señor López, va a promocionar el español en detrimento del vascuence porque considera que está maltratado, o por su pacto con el PP o quizá por darle en los morros al PNV, eso nunca lo sabremos con exactitud. Pero el caso es que (probablemente sólo se quede en deseos) el hecho es este.

Nada que ver con su colega Montilla (natural de Córdoba) en Cataluña, donde se está cargando a marchas forzadas los derechos lingüísticos de los estudiantes castellanohablantes, promocionando únicamente el catalán, en una imposición de signo totalitario evidente.

La pregunta es, ¿Cómo es posible que estos dos señores pertenezcan al mismo partido? ¿Cómo un mismo partido puede defender una cosa y su contraria al mismo tiempo? He aquí la esquizofrenia terrible que caracteriza a los partidos. Y digo a los partidos porque todos andan por el mismo camino. Hemos tomado el ejemplo del PSOE pero si miramos a los populares encontramos que la esquizofrenia es la misma: presentan un recurso de inconstitucionalidad al estatuto catalán mientras pactan el estatuto de la "realidad nacional" andaluza. De locos.

Esto es insostenible. No podemos mantener por más tiempo esta engañifa, esta estafa. Nos están tomando el pelo miserablemente. Nos mienten, nos engañan, nos manipulan y nos utilizan. ¡Ya está bien! ¿Solución? Reprobar a esta infame casta política con nuestro voto dándoselo a partidos honrados y decentes, hoy minoritarios, que nos saquen de este laberinto sin salida.

jueves, 7 de mayo de 2009

QUO VADIS, PP?


Por su evidente interés transcribimos a continuación el artículo publicado en el diario Hispanidad por el Juez de Murcia Fernando Ferrín Calamita, conocido por la persecución a la que está siendo sometido por su condición de católico:

Sr. Director:
La semana pasada diversas ONGS y organismos montaron en una céntrica calle de Murcia unos stands para publicitarse.
Pasó mi hijo mayor por allí, y vio cómo en uno de ellos estaban “adoctrinando” a un grupo de jóvenes (chicos y chicas) de un colegio, en una sexualidad “sana”, en el aborto y el uso del preservativo. Era una caseta o stand del Gobierno regional, es decir, del PP. Se usurpa por tanto el papel fundamental de los padres, primeros educadores, también en materia de sexualidad. ¡Y eso que aún no está aprobada la reforma que, de forma claramente inconstitucional, va a permitir a las chicas de 16 años abortar sin que se enteren sus padres!
Ana Pastor y Celia Villalobos, por su parte, votaron hace menos de una semana a favor de la celebración en el Congreso de los Diputados de unas Jornadas sobre salud sexual (eufemismo de aborto o IVE) en África y América Latina, iniciativa que salió adelante. Y ayer o anteayer se supo que han votado a favor de la admisión a trámite de una iniciativa para reprobar a Benedicto XVI por una frase sacada de contexto en su viaje reciente a África.
En la primera de ellas, del miércoles pasado en la COPE, dio una explicación pueril, como si todas las iniciativas de grupos o grupúsculos parlamentarios tuvieran que ser admitidas a trámite. No se puede admitir a trámite una iniciativa sobre algo respecto de lo que el Congreso carece de competencia, como es reprobar a un Jefe de Estado extranjero, que también lo es el Papa. ¿Por qué no denuncian las dictaduras, sean del signo que sean, y las consiguientes violaciones sistemáticas de los derechos humanos más elementales, como sí hace el Papa continuamente? Eso se llama fariseísmo.
Ahora salen los dirigentes populares diciendo que esa iniciativa no saldrá adelante. Pero las contradicciones se pagan.
El PP está dando la puntilla a su votantes católicos, que son la inmensa mayoría. Precisamente el Papa ha dicho que hay que votar a un partido que cumpla una serie de valores “innegociables”. ¿Los cumple el PP? Que cada lector saque su conclusión. Seamos coherentes. Acabemos con el voto del miedo o al menos malo. Comencemos a votar en conciencia. Se necesita una renovación urgente de la clase política, enquistada en sus privilegios, autocrática, en la que impera “el dedo” y las listas cerradas y bloqueadas, y la que en vez de servir al interés general como mandatarios provisionales, se aferran a la poltrona y no hay quien les mueva.
Clase política a la que no le afecta la crisis económica, que cobra del Estado y que cuando acude a un empréstito bancario no lo devuelve, como el común de los mortales, y los bancos por supuesto o se atreven a reclamarlos, porque además los favores son mutuos. Si los devolvieran como cualquier persona física o jurídica, estarían en quiebra.
Como sucediera hace no mucho con Alejo Vidal Quadras, ojalá que lo que han hecho Ana Pastor y Celia Villalobos arroje luz a los electores. A buen seguro que si el PP ganara unas elecciones generales, sean anticipadas o en 2012, no “tocarían” las “conquistas sociales” de ZP.

Fernando Ferrín Calamita

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿DE QUÉ HABLAN LOS POLÍTICOS?


Escuchando el programa de radio "La Quinta Columna" de radio intercontinental de Madrid, escuché un comentario de su director, Eduardo García-Serrano, con el que daba en el clavo de la casta parasitaria en la que se ha convertido la clase política que padecemos en España. Efectivamente, tal como él comentaba, los políticos son como los futbolistas. Si se dan cuenta éstos, cada vez que tienen un micrófono cerca, dicen siempre lo mismo, los mismos tópicos archiconocidos, desde septiembre a junio: "no hay enemigo pequeño", "la liga es muy larga", "los partidos duran 90 minutos", "el fútbol es así", etc. etc. Y los políticos exactamente igual: "esto se arregla con más democracia", "a los violentos se les derrota con la palabra", "el sistema que nos hemos dado", etc. etc.

Así son. Maestros de la palabrería hueca, vacía, carente de contenido, tópica, demagógica y que no resuelve nada. Pero eso sí, con sueldos multimillonarios por no decir nada y hacer menos aún. Y mientras tanto miles de problemas gravísimos por resolver. Claro que, a ellos, esos problemas les pillan bien lejos, parasitando como parasitan de nuestro trabajo y nuestros impuestos.

Urge una nueva clase política. En la que no quepa el político profesional, en la que se llegue a puestos públicos por mor del mérito y la capacidad, en la que se imponga la honradez, a la que se llegue por vocación de servicio a los demás y que primen principios y valores claros por encima de cualquier otra consideración. Mientras esto no se consiga España irá a la deriva, cuesta abajo y sin frenos. Ya que estos aprovechados quieren reprobar al Papa, repruébeles usted con su voto. Porque se lo merecen y por higiene moral.

lunes, 4 de mayo de 2009

¿LIBERTAD?

Se nos dice y se nos repite con machacona insistencia que actualmente vivimos en un sistema de derechos y de libertades, en el que la libertad de expresión y la libertad de conciencias y cultos están plenamente garantizadas. Hoy quiero, para demostrar lo falaz de esa aseveración, traer a colación dos pruebas (entre otras muchas) de ambas "libertades".

- Alternativa Española (AES), partido católico y defensor de la unidad de España que tiene como lei motiv la defensa de la vida desde la fecundación hasta su muerte natural, de la familia hombre-mujer unida y abierta a la vida, de las raíces cristianas de España, de la libertad educativa, del bien común, de la justicia social acorde a la Doctrina Social de la Iglesia y de la unidad de la nación española ha obtenido de cara a las próxima elecciones europeas el apoyo de los conservadores británicos y de la Fundación Adenauer además de otros apoyos muy importantes en el interior, de otros partidos, asociaciones y personalidades del mundo de la universidad, de movimientos cívicos, etc. etc. ¿Se han enterado ustedes? Difícilmente porque resulta que está condenado al silencio mediático en España. He aquí la libertad de expresión de la que gozamos. En cualquier lugar del mundo el apoyo expreso del Partido Conservador británico (los Tory) habría significado un pelotazo y habría aparecido en todos los periódicos y medios en general como es natural. ¿Y aquí? Silencio. O mejor dicho, censura.

- Son casi diarias las noticias que nos llegan de los intentos de retirar los crucifijos de las escuelas, en un acto rotundamente antidemocrático y atentatorio contra la libertad de cultos. A veces me he preguntado con insistencia, ¿Qué les molestará tanto de este Muerto? La respuesta es clara: que vive. Hoy los católicos, se diga lo que se diga, no vivimos en un régimen de libertad. Antes al contrario vivimos en un régimen de persecución del que TODOS los partidos del sistema, repito, TODOS, participan. Y lo peor es que vivimos en la ley de la gravedad, es decir, aquella en la que todo es cada vez más grave.

Todo seguirá igual mientras los católicos españoles no reaccionemos como vaticinaba el nicaragüense Pablo Antonio Cuadra Cardenal (1912-2002), poeta católico y colaborador de la revista Acción Española en los años en que la Segunda República ordenó retirar los crucifijos de las escuelas:

¡Ay Virgencita que luces,
ojos de dulces miradas!
Que vieron llegar las Espadas,
que dieron paso a las Cruces.

Mira a tus Tierras Amadas!
Y si hoy nos arrancan las Cruces,
¡Brillen de nuevo las luces
del filo de las espadas!

sábado, 2 de mayo de 2009

ODA AL 2 DE MAYO



Oda al Dos de Mayo
de Bernardo López García


Oigo, patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón;
sobre tu invicto pendón
miro flotantes pendones,
y oigo alzarse a otras regiones
en estrofas funerarias,
de la iglesia las plegarias,
y del arte las canciones.

Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!

Doquiera la mente mía
sus alas rápidas lleva,
allí un sepulcro se eleva
contando tu valentía.
Desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!

Tembló el orbe a tus legiones,
y de la espantada esfera
sujetaron la carrera
las garras de tus leones.
Nadie humilló tus pendones
ni te arrancó la victoria;
pues de tu gigante gloria
no cabe el rayo fecundo,
ni en los ámbitos del mundo,
ni en el libro de la historia.
Siempre en lucha desigual
cantan tu invicta arrogancia,
Sagunto, Cádiz, Numancia,
Zaragoza y San Marcial.

En tu suelo virginal
no arraigan extraños fueros;
porque, indómitos y fieros,
saben hacer sus vasallos
frenos para sus caballos
con los cetros extranjeros.

Y aún hubo en la tierra un hombre
que osó profanar tu manto.
¡Espacio falta a mi canto
para maldecir su nombre!
Sin que el recuerdo me asombre,
con ansia abriré la historia;
¡presta luz a mi memoria!
y el mundo y la patria, a coro,
oirán el himno sonoro
de tus recuerdos de gloria.

Aquel genio de ambición
que, en su delirio profundo,
cantando guerra, hizo al mundo
sepulcro de su nación,
hirió al ibero león
ansiando a España regir;
y no llegó a percibir,
ebrio de orgullo y poder,
que no puede esclavo ser,
pueblo que sabe morir.

¡Guerra! clamó ante el altar
el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra!

La virgen, con patrio ardor,
ansiosa salta del lecho;
el niño bebe en su pecho
odio a muerte al invasor;
la madre mata su amor,
y, cuando calmado está,
grita al hijo que se va:
"¡Pues que la patria lo quiere,
lánzate al combate, y muere:
tu madre te vengará!"

Y suenan patrias canciones
cantando santos deberes;
y van roncas las mujeres
empujando los cañones;
al pie de libres pendones
el grito de patria zumba
y el rudo cañón retumba,
y el vil invasor se aterra,
y al suelo le falta tierra
para cubrir tanta tumba!

¡Mártires de la lealtad,
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad,
¡en la tumba descansad!
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero!

viernes, 1 de mayo de 2009

¡QUÉ GRAN DIFERENCIA!

En estos tiempos de crisis y de necesidades vitales se echan de menos verdaderos estadistas, verdaderos gobernantes que busquen de verdad acabar o al menos reducir en lo posible el grado de desesperación al que están llegando millones de españoles con el drama del paro. Escuchamos mucha palabrería hueca, muchas posiciones demagógicas, muchas críticas, pero ninguna medida o propuesta seria y de gran alcance. Situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales.

A este respecto, hace 140 años un rey de la Legitimidad, Carlos VII, ofrecía soluciones llenas de sentido común y honradez a la crisis que vivía España en carta a su hermano Alfonso:

“[…] Hay en la actualidad, mi querido Alfonso, en nuestra España una cuestión temerosísima: la cuestión de la Hacienda. Espanta considerar el déficit de la española; no bastan a cubrirla las fuerzas productoras del país; la bancarrota es inminente…
Yo no sé, hermano mío, si puede salvarse España de esta catástrofe; pero, si es posible, sólo su rey legítimo la puede salvar. Una inquebrantable voluntad obra maravillas. Si el país está pobre, vivan pobremente hasta los ministros, hasta el mismo rey, que debe acordarse de don Enrique el Doliente. Si el rey es el primero en dar gran ejemplo, todo será llano; suprimir ministerios y reducir provincias, y disminuir empleos, y moralizar la administración, al propio tiempo que se fomente la agricultura, se proteja la industria y aliente el comercio […]”


Carta-Manifiesto de Carlos VII a su hermano Alfonso. París, 30 de junio de 1869

¿Qué gran diferencia con la actualidad verdad? Porque, ¿Sus Señorías serían capaces de bajarse el sueldo? ¿Y los ministros con el presidente a la cabeza, o los presidentes autonómicos, consejeros y diputados? ¿Y esos políticos que acumulan sueldos por cada puesto político que han ocupado, serían capaces de renunciar a ellos? Y las autonomías, ¿serían capaces de suprimirlas por bien de España? ¿Y las subvenciones multimillonarias a partidos y sindicatos? Por no hablar del Monarca y su familia. En fin, para qué seguir, todos sabemos bien la respuesta. ¡Qué gran diferencia!