miércoles, 22 de mayo de 2013

AZNAR

J. M. Aznar fue entrevistado ayer en Antena 3. La que parecía en un principio mera entrevista para conocer su opinión acerca de los sobresueldos y en general de la corrupción en el PP, se tornó en el anuncio de una posible vuelta a la política del ex-presidente del gobierno. Todo muy ambiguo como suele ser habitual en él. Estas simples palabras "Cumpliré con mi conciencia, mi partido y mi país" (obsérvese que pone a "su país" en el último lugar), que en realidad nada dicen o muy poco, han sido suficientes para revolucionar a una parte de la pseudoderecha pepera antimarianista que pide con fervor cuasi religioso su vuelta. Como si fuera el ave fénix que de sus raíces traiga la salvación y la felicidad a este valle de lágrimas en que se ha convertido España. 

Pero, ¿Cuáles son sus raíces? Parece que muchos tienen una memoria muy corta o muy mala. Es bueno recordarlas, porque es saludable conocer el inmediato pasado y por justicia. Sin ánimo de ser exhaustivo es necesario citar una serie de cuestiones importantes y graves que muchos han olvidado o quieren olvidar: 

- Aznar llegó al gobierno en el año 96 con mayoría simple y no tuvo escrúpulos en pactar con el separatismo catalán y vasco para auparse al poder. Se pasó del "Pujol enano, habla castellano" a hablar catalán en la intimidad. Consecuencia de ello fueron las mayores transferencias a las comunidades autónomas que se habían dado nunca, entre ellas una fundamentalísima como es la educación que ahora tanto lamentamos, y aceptó sin problemas la inmersión lingüística en Cataluña. En el caso vasco no hay si no recordar las palabras del separatista Arzallus, he conseguido con Aznar en 3 años más que con Felipe en 14.

-Durante su gobierno (que evidentemente no derogó ni retocó en modo alguno la ley del aborto) las cifras del aborto ascendieron a 511.429.  No contento con ello Aznar legalizó la píldora abortiva RU-486 y la PDD. Y como le parecía poco autorizó la experimentación con células madre embrionarias con la ministro Pastor a la cabeza.

-Aznar prometió una regeneración democrática si le elegían pero todo quedó en agua de borrajas: no desclasificó los papeles del CESID, indultó a criminales del caso GAL, no promovió la independencia judicial, etc. etc. 

-Para darle gusto a la izquierda y al separatismo no se le ocurrió otra cosa que acabar con el servicio militar, algo a lo que no se atrevió ni el propio F. González, contribuyendo a convertir al otrora glorioso ejército español en un ONGército.

-Abrió la puerta a la inmigración de forma exagerada. El efecto llamada no lo creó Caldera años después, si no Aznar con su ministro Mayor Oreja a la cabeza.

-Producto de sus complejos habituales (que no son monopolio únicamente de Rajoy, no nos engañemos) quiso llevarse bien con la prensa de izquierdas, en especial Prisa, y no ejecutó la sentencia del Tribunal Supemo del famoso "antenicidio".

-Sin caer en la demagogia izquierdista del no a la guerra, hay que recordar que Aznar apoyó, siquiera moralmente (seguramente más que eso) una guerra ilegítima, injusta e innecesaria que aún están padeciendo en Irak y que no ha solucionado nada, excepto los intereses geoestratégicos de los E.E.U.U. Recordar ahora a Aznar en TV jurando que en Irak habían armas de destrucción masiva resulta patético.

-Aún resuenan en nuestros oídos aquello de "movimiento vasco de liberación" cuando se refirió a ETA, y recordamos muy bien que se sentó a hablar con los etarras. No sé si negociaría o no, ni me importa, solo sentarse es una indignidad impropia de un presidente del gobierno español.

-No tuvo los arrestos suficientes para implantar las leyes "estrella" de sus gobiernos, como el Plan Hidrológico Nacional (que tan bien le habría venido a mi querida tierra murciana) o la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE). Tuvo 8 años para hacerlo, 4 de ellos con mayoría absoluta. No lo hizo. 

-Su milagro económico basado fundamentalmente en el ladrillo funcionó a corto plazo. Fue pan para hoy y hambre para mañana y lo estamos pagando a día de hoy.

-El producto de su política es el actual gobierno, cuyo presidente fue elegido (muy democráticamente) a dedo por el propio Aznar. ¿De qué nos quiere salvar, de sí mismo?

Son muchas más las cuestiones a recordar. Basta con estas para que resulte incomprensible que haya gente que se ilusione con la vuelta de este hombre. Un hombre que solo ha saltado a la palestra cuando le han tocado a su familia, primero a la nefasta alcaldesa de Madrid y ahora a su hija implicándola en el caso Gürtel. Aznar es un hombre del sistema, es pura casta política, y no tocará un solo cimiento que haga tambalear el stablishment. ¿Alguien se imagina a Aznar acabando con el aborto, defendiendo a la familia natural, plantando cara de verdad a la izquierda revanchista y rencorosa, dando por terminado el desastroso estado de las autonomías, poniendo pie en pared frente al separatismo de toda laya, recuperando soberanía frente a la plutocracia de la UE, etc. etc.? ¿Porqué no lo hizo antes? Es pura fantasía.

Es curioso observar, sin embargo, cómo estos salvapatrias consiguen convencer e ilusionar a la gente. Un salvaparias además causante o responsable de muchos de los problemas que llevamos arrastrando durante años. Tuvo su momento y lo desaprovechó. Y a base de bien además. Segundas partes nunca fueron buenas. Si de verdad queremos la salvación de España ésta no vendrá de viejos dinosaurios de la política. Hacen falta ideas nuevas, savia nueva, proyecto nuevos y distintos, salpimentado todo ello con la rica Tradición española que es católica y patriota. Todo lo demás, y la historia lo ha demostrado con creces, está abocado al fracaso.

martes, 14 de mayo de 2013

LAS GENTES DE "DERECHAS".

Las gentes de derechas votaron, una vez más, al sistema. Sabido es que el sistema se sustenta en la izquierda, en el nacional-separatismo, y en la pseudoderecha centro-reformista-liberal-progresista y no sé qué más gaitas. ¿Y qué han conseguido? Nada. La economía está igual o peor, el paro francamente peor, no han tocado ni una sola de las leyes inmorales del zapaterismo, ni las revanchistas como la ley de (des)memoria histérica, ni las despilfarradoras como la alianza de civilizaciones, ni han metido mano a las subvenciones a partidos y sindicatos, ni han pensado siquiera en una reforma de la administración....Nada. Y sin embargo, erre que erre, como un solo hombre, con fidelidad perruna, siguen votando en cada ocasión que tienen al sistema que tanto critican. Es un voto que representa el miedo y lo "útil". Desde el miedo poco se puede construir y en cuanto a lo útil, ¿Útil para qué?

Porque, ¿En qué creen las gentes de derechas? He llegado a la conclusión de que únicamente en su individual tranquilidad. Políticamente correctísimos, cuando hablas con ellos y entablas una discusión te sueltan en seguida: " Oye que yo soy de derechas, ¿Eh?, lo que pasa es que...". Y a partir de ahí las excusas habituales: "Total, las cosas no están tan mal, peor estaríamos con los socialistas", "Al fin y al cabo Mariano no ha podido hacer otra cosa, porque la herencia recibida...". Y si se salen de madre (cosa muy poco habitual) en vez de volver sus ojos a la derecha se fijan en Rosa Díez y su UPD "porque hablan de la unidad nacional". 

Eso sí, son muy responsables, están muy pendientes de los potitos de sus hijos, pero no piensan en su futuro, en su educación, en el ambiente inmoral en el que viven, en la nación depauperada en la que vivirán, "Mientras los míos estén bien...".

Son católicos, "pero no demasiado", contrarios al aborto pero poco (eso es de extrema derecha). Dicen defender a la familia pero no tienen reparos en admitir la unión entre homosexuales. Quieren dar siempre sensación de modernidad, no sea que les acusen de retógrados o de ultraconservadores. Les gusta "lo europeo" y sobre todo "lo americano" (exhiben más la bandera estadounidense que la propia), pero no tienen interés por la historia de España. 

Apenas se comprometen a nada ni defienden nada que no sea material. Los idealismos son para los utópicos o para los que consideran fuera de la realidad. Si tienen cerca a alguien que sí se compromete de verdad procuran mantener un poco las distancias intercalando un chiste para provocar risas. Siempre risas. Quieren mantener un espíritu juvenil, vistiendo y hablando como cuando tenían 20 años, pero realmente su aburguesamiento los avejenta en grado sumo. 

La mayoría han hecho carrera pero su cultura no es algo vivo, importante, eso se lo dejan a la izquierda. Se limitan a la tele (y si es telebasura mejor) y a leer best-sellers (los que leen). A muchos les gusta la música, tocan algún instrumento (normalmente de oído) y entienden mucho de bafles, sintonizadores, pletinas y están al tanto de las más modernas novedades. Pero no se emocionan ante un himno religioso, una marcha militar o un concierto de música clásica.

En definitiva están absolutamente establecidos en el sistema, y les gusta. Aunque a veces desbarren (poquito) y critiquen algo. Pero rápidamente vuelven al redil. "¿Porqué estos pesados de "ultras" no nos dejan en paz con sus catastrofismos?", parece que repitieran cuando alguien les pone en evidencia.  Son los paladines de la tibieza, del acomodamiento e, incluso, de la indiferencia. 

Mas estas gentes de derechas, cuando las cosas vayan verdaderamente mal, situación realmente límite y desesperante, volverán sus ojos cobardes como tantas veces en la historia a esos fieles e idealistas a los que ahora desprecian. Si esa hora llega (y quizás llegue más pronto que tarde) habrá que pedir a Dios que ablande el corazón de los despreciados porque seguramente para entonces se haya agotado el vaso de su paciencia.