jueves, 27 de octubre de 2016

DE PORQUÉ ODIAN A LA CRUZ DE BORGOÑA

En la sesión de investidura a la presidencia del gobierno, al tomar Pablo Iglesias la palabra, se ha despachado a gusto contra la Cruz de Borgoña, a la que parece culpabilizar de todos los males. ¿A santo de qué se produce ese ataque innecesario, gratuíto y que no venía a cuento en un debate como ese? Sencillamente al odio ya secular que tiene la progresía en general y el marxismo que este personaje encarna en particular. ¿Porque? A mi juicio por tres cuestiones que explicaré brevemente: 

En primer lugar por el carácter cristiano de dicha Cruz. La cruz de Borgoña o Cruz de San Andrés es el modo conque el cristianismo simbolizó la muerte de S. Andrés, En efecto, S. Andrés murió crucificado en forma de aspa tal y como refleja la Cruz en el año 95 después de J.C .

En segundo lugar por ser la Cruz de Borgoña el símbolo representativo de la España cristiana, imperial, la España grande, heroica, misionera y tradicional, enseña que significó nuestra identidad durante más de 300 años. San Andrés sería adoptado por el Ducado de Borgoña como patrón de la Casa Ducal. Con la llegada de la Casa de Austria a España llegaría la herencia borgoñona trayendo consigo su emblema, formado por dos troncos de árbol cortados provistas de nudos. Desde entonces pasaría a ser el emblema del imperio español, que igual se enarboló en los gloriosos Tercios españoles que en América.

Y por último porque es la enseña que adoptó en España el tradicionalismo político encarnado en el Carlismo monárquico legitimista, desde al menos el 24 de abril de 1935, como insignia oficial del requeté, aunque en algunas ocasiones anteriores fuera enarbolada en algunos actos políticos. De ahí que Iglesias aludiera a los gudaris vascos, porque sabe y es consciente de que los carlistas, con la Cruz de Borgoña al frente, lucharon por Dios y por España frente al separatismo de los gudaris vascos .

Es por tanto evidente que por estas cuestiones la Cruz de Borgoña da urticaria, porque aún se recuerda en ambientes en el que pervive el sentimiento guerracivilista la acción heroica y martirial de los valientes requetés en el campo de batalla. No en vano aún pervive la frase de Indalecio Prieto, "no hay nada más peligroso que un requeté recién comulgado". A pesar de ser en la actualidad el carlismo una fuerza política minoritaria aún se le odia y, yo diría más, se le teme. Se teme su carácter irreductible, intransigente, valiente, patriótico y limpio. Se teme que, como ocurrió otras veces en la historia, como el Ave Fénix vuelva a resurgir, y para ello hay que evitar que levante cabeza, a costa de mentir, difamar, calumniar, o lo que necesario fuera. A menudo se dice que es bueno que se hable de uno, aunque sea mal. Pues bien, gracias señor Iglesias por hablar de nosotros, quizá no se haya dado cuenta de que nos ha hecho un favor, haciéndonos propaganda gratuíta.

martes, 11 de octubre de 2016

UN NUEVO 12 DE OCTUBRE

Los españoles de bien nos disponemos a conmemorar, una vez más, la gloriosa fecha del 12 de Octubre, como recordatorio de la gesta sin igual que supuso el descubrimiento, conquista y evangelización de un Nuevo Mundo llamado desde entonces América. Pero nos quedaríamos muy cortos si pensamos únicamente en ese hecho. Lo que se celebra es mucho más, es el día de la Hispanidad. Pero, ¿Qué es la Hispanidad?

Haciendo un recorrido rápido del origen del vocablo Hispanidad, como nos recuerda Mons. Zacarías de Vizcarra (el primero en utilizar el concepto en su sentido moderno): "Basta hojear los viejos diccionarios castellanos para encontrar en ellos esta palabra, aunque con diversa significación de la que ha recibido actualmente y con la esquela mortuoria de «anticuada». Así, por ejemplo, la quinta edición del Diccionario de la Academia, publicada en 1817, dice así: «Hispanidad, s. f., ant. Lo mismo que Hispanismo.» Y a continuación define así esta otra palabra: «Hispanismo, s. m. Modo de hablar peculiar de la lengua española, que se aparta de las reglas comunes de la Gramática. Idiotismus hispanicus. Tan antigua es esta palabra en su sonido material, que la encontramos en el Tractado de Ortographia y accentos del bachiller Alexo Vanegas, impreso en Toledo, sin paginación, el año 1531 y conservado como preciosidad bibliográfica en la Biblioteca de la Real Academia de la Lengua. «De los oradores –dice Vanegas– M. Tull. y Quinti. son caudillos de la elocuencia, aunque no les faltó un Pollio que hallase hispanidad en Quintiliano», &c. (segunda parte, cap. V). Más aún: es probable que los romanos del siglo primero después de Cristo empleasen la palabra «hispanitas» (hispanidad) para designar los giros hispánicos del latín de Quintiliano, en el mismo sentido que el propio Quintiliano usa la palabra «patavinitas» (paduanidad) al hablar del latín, de Tito Livio. «Pollio –dice– deprehendit in Livio patavinitatem», es decir: «Polión encontró patavinidad (paduanidad) en Livio.» (De Institutione Oratoria, libro I, cap. V). Pero date o no date del siglo primero la materialidad de la palabra «Hispanidad» lo cierto es que no tenía la significación que luego se le ha dado, y era además inusitada hasta en su acepción gramatical".

Hispanidad, en su sentido moderno, acuñado primeramente por el propio Zacarías de Vizcarra y continuado felizmente por intelectuales de la talla de Ramiro de Maeztu (en su imprescindible libro "Defensa de la Hispanidad") o Manuel García Morente (en su ensayo "Idea de la Hispanidad"), acude a conceptos ya utilizados previamente, como Cristiandad para definir a las pueblos cristianos o humanidad para englobar a todo el género humano. Así pues, Hispanidad sería el conjunto de pueblos hispánicos que tienen una religión, una lengua, una tradición y una cultura comunes, diseminados por Europa, América, África y el Oriente. Es por lo tanto una familia de naciones hermanas en la que no se tiene en cuenta la sangre, ni el color ni la raza de sus miembros. 

No es por consiguiente lo que se celebra la "fiesta nacional de España", como ahora se dice, es mucho más, es la fiesta de todos los pueblos o naciones hispánicas en hermandad. Por eso se queda corto celebrar únicamente el descubrimiento (por importante que fuera, que lo fué), aunque nos vale como punto de partida y principio de lo que finalmente acabaría siendo.

Y frente a esto, ¿Con qué nos encontramos? Hemos pasado de tener un Instituto de Cultura Hispánica (que funcionaba prácticamente como un ministerio) a no tener en absoluto política alguna de estado tendente al mundo hispánico; de ser una fiesta cuasi universal a recluírla en nuestros estrechos márgenes geográficos (y mentales) de fiesta "nacional"; de estar orgullosos de nuestra impronta histórica a autodenigrarnos y llegar a llamar a la sin par hazaña del Descubrimiento "genocidio"; de sentir que formamos parte de la hermandad hispánica a utilizar vocablos y conceptos antihispánicos como "América latina" o "latinoamericano" y, lo que es ya el colmo, prohibir en algunas localidades de España controladas por los enemigos de España (y por tanto de la Hispanidad) que se celebre el 12 de octubre. 

Por eso, más que nunca, en toda España pero sobre todo en ambientes antihispánicos como Cataluña es obligado y necesario celebrar con alegría pero también con contundencia la fiesta de todos los españoles de ambos hemisferios como acto de afirmación nacional y de hermanamiento de todos los pueblos hispánicos. No podemos dejarnos arrebatar nuestro orgullo de españoles y de hispánicos. Es hora de poner pie en pared y volver a sentirse públicamente orgullosos de nuestra historia. Aunque oficialmente no nos apoyen, da igual, el sano y noble pueblo español no necesita de estas caducas y traidoras instituciones que dicen falsamente que nos representan.

Y por supuesto, no nos olvidamos, es el día de la Virgen del Pilar, patrona de España y de la Guardia Civil, que tantos servicios ha prestado a España. Recémosla con fervor porque falta nos hace. 

¡¡ARRIBA LOS VALORES HISPÁNICOS!!
¡¡VIVA LA HISPANIDAD!!
¡¡VIVA ESPAÑA!!
¡¡VIVA LA VIRGEN DEL PILAR!!