sábado, 3 de marzo de 2012

¿NO QUERÍAIS LIBERAL-CAPITALISMO? PUES TOMAD DOS TAZAS

No es muy habitual hablar en este blog de economía. Pensamos, en contraposición al marxismo y al liberal-capitalismo, que hay otras cosa más importantes en política: la moral, el patriotismo y la justicia social fundamentalmente. Pero, dadas las gravísimas circunstancias actuales, es obligado hacerlo.

Después de la desastrosa gestión económica del (des) gobierno socialista, muchos españoles, sin duda de buena fé y llevados por la angustia pensaron que la solución pasaba por un cambio de gobierno. Hecho necesario e inevitable. Pero no pensaron, por esa angustia antes referida y, sin duda también, por la ignorancia y el maldito llamamiento al voto útil y al mal menor, que la solución no era dar el gobierno al partido que apoya fervorosamente el sistema imperante y que es causa auténtica del problema. Y ahora estamos viendo las consecuencias. Me referiré tan solo a dos cuestiones fundamentales y que han causado estupor y extrañeza a esa mayoría de españoles que con su voto auparon al partido liberal-capitalista español disfrazado de centro-reformista.

En primer lugar el engaño masivo que ha supuesto la subida de impuestos nada más llegar al gobierno cuando dijeron, por activa y por pasiva, que no lo harían nunca y que dicha subida era perjudicial para la economía nacional. Como excusa se esgrimió que esperaban un 6% de déficit y se han encontrado con un 8,5%. ¿Es creíble que, el partido de la oposición, que tiene prácticamente la misma información que el propio gobierno, no sepa las verdades de las cuentas del reino? Si eso no es así es que (como muchos dijimos) no supieron o no quisieron ser verdadera oposición. Pero sinceramente no me parece creíble. Y, ¿Es creíble que el gobierno les engañara? En todo caso se dejarían engañar, en cuyo caso demuestran una incompetencia supina. Pero tampoco parece creíble del todo. Suena más bien a excusa ante los españoles para no cumplir con la palabra dada. Pero, dando por buena la excusa, ¿Era real y verdaderamente necesaria la subida de impuestos? ¿No se podía haber recortado en otra cuestiones? ¿Porqué mantener las subvenciones a partidos, sindicatos, patronal, fundaciones, etc. etc.? ¿Porqué no cerrar las televisiones autonómicas que son un despilfarro inmenso y la propia televisión pública dejando como mucho un canal? ¿Porqué no volver a una centralización administrativa que racionalice el gasto y acabar de una vez con el monstruo de las comunidades autónomas? ¿Porqué no acabar con el senado, institución que no sirve literalmente para nada?¡Ah! Porque eso significaría darle la vuelta como un calcetín al sistema mismo y no están dispuestos en absoluto a ello. Es más fácil subir impuestos y que paguen el pato los españoles, en especial los más débiles.

Y en segundo lugar la reforma laboral, que nos venden como la panacea y la solución más razonable. Razonable para ellos, claro. Pero, ¿Qué va a suponer esta reforma liberal-capitalista? Pues que el despido sea más barato, la desprotección del trabajador, la inseguridad jurídica, la pérdida de los derechos adquiridos, la caída del trabajador en los negros abismos de la explotación e incluso de la neoesclavitud, o que la negociación colectiva quede reducida a las grandes empresas en los que los sindicatos del sistema podrán controlar la situación como quieran. Todo ello acompañado de congelaciones de sueldos y pensiones. Dicho de forma resumida y directa, la destrucción de los últimos restos del complejo edificio de derechos laborales y sociales que apenas se mantenían en pié aquí y allá como mudos testigos de lo que fue una de las legislaciones laborales —probablemente la única de inspiración cristiana— más avanzada en su momento. Como advierte Ángel David Martín Rubio "Son muchos los autores que convienen en señalar como una de las causas del deterioro de la convivencia en la España contemporánea y del estado de cosas que desembocó en la Guerra Civil la ausencia de unas verdaderas clases medias así como la enorme polarización social determinada por la gestación de alternativas revolucionarias como respuesta a las consecuencias del liberalismo imperante desde el siglo XIX. Al tiempo, se puede afirmar que el Estado Nacional nacido del 18 de Julio y configurado posteriormente en las Leyes Fundamentales fue protagonista de un cambio sustancial, sin duda con deficiencias y desequilibrios, pero en el que una legislación laboral avanzada sirvió de fundamento para la pacificación social. Aquella clase media que fue sinónimo de estabilidad y que prolongó su hegemonía durante las primeras décadas posteriores al cambio político se puede considerar hoy prácticamente desaparecida, debido —en primer lugar— a la temporalidad y precariedad del empleo, y después, al dramático volumen del paro con sus consecuencias humanas y morales de todo tipo. Pensemos, por poner un caso, en la dificultad de constituir nuevos núcleos familiares en estas circunstancias o en la incertidumbre a que se ven sometidos los ya existentes. Naturalmente, nos consta que la familia, no entra en el horizonte de las preocupaciones de los políticos que han gestionado la trayectoria de nuestra “brillante democracia” desde 1978". En suma precariedad laboral, salarios de supervivencia, imposible acceso a la vivienda, desempleo brutal, recortes en sanidad y educación.... "Es que nos la piden desde Bruselas", nos vienen a decir. ¿Dónde queda pues la independencia y la soberanía de la Nación?

Y todo por no tener las narices y la humildad de decir: nos hemos equivocado, no podemos seguir por este camino, hemos de reformar de verdad el sistema dando prioridad a la justicia social y al bien común. Pero no, eso no lo veremos nunca me temo.
Al menos que los españoles reaccionen de una vez. ¿A QUÉ ESPERÁIS?