miércoles, 15 de diciembre de 2010

ALGO MÁS SOBRE LA CONSTITUCIÓN


Quiero hoy poner el acento sobre algo que casi nunca se dice: el carácter ilegítimo de la actual constitución del ´78. Porque, como dice Ismael Medina: "Las Cortes Generales ordinarias se atribuyeron la condición de Cortes Constituyentes, argucia contraria a Derecho Político y Constitucional. Debieron disolverse y convocar nuevas elecciones con carácter de constituyente. El sistema político surgido de la Constitución de 1978 estaba aquejado de ilegitimidad de origen...". Es decir, los españoles no fueron llamados a votar unas cortes de las que saldría una constitución, si no a cortes generales normales y corrientes. Aprisa y corriendo se pactó la constitución, como sigue diciendo el gran periodista antes citado, "No fueron expertos constitucionalistas los llamados a redactar la nueva constitución. Lo fueron representantes de unas y otras facciones políticas poco dotadas para el rigor y la cautela requeridos por el ensamblaje de una Carta Magna susceptible de promover una verdadera democracia participativa que facilitara una saludable convivencia y una general voluntad de ganar nuevos y prometedores horizontes. Se optó por el conchaveo y el chalaneo, presididos por la obsesión de ocultar y barrer cualquier atisbo de un franquismo del que institucionalmente se provenía y personalmente tantos de los neodemócratas. Prevaleció el antifranquismo sobre lo que habría sido razonable. La Constitución más pareció salir de una churrera que de una orquesta bien ajustada y armónica". Y sigue: "La falta de rigor constitucionalista se tradujo en un texto aquejado de no pocas vaguedades en aspectos fundamentales y prolijamente reglamentista en otras. Se fiaba a leyes el desarrollo del articulado. Y de esa potestad se valieron los gobiernos sucesivos, en particular los de tinte socialista, para violar el espíritu e incluso la letra en aspectos fundamentales como es, por ejemplo, la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. O se orillaron otros, como el indispensable de la ley de huelga. Si era poco el galimatías interpretativo facilitado por el texto constitucional, el Titulo VIII que consagraba el Estado de las Autonomías con unas privilegiadas y otras a remolque dinamitaba los cimientos del Estado y creaba una dinámica cancerígena que invadiría de metástasis el entero entramado institucional y daría a los partidos dominantes patente de corso para pasarse la Constitución por el arco de triunfo, tantas veces en connivencia con el sometido y politizado Tribunal Constitucional".

Creo que es del todo elocuente. Solo faltaría añadir una cosa. El pueblo español que votó la constitución no sabía lo que votaba, ni se la leyó. Habrían votado las páginas amarillas de habérselas puesto delante.

2 comentarios:

  1. No sabían lo que votaban, ni falta que les hacía. Les bastaba con saber que estaban haciendo lo que querían los que salían por la tele.

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  2. Es lo que pasa después de 40 años anestesiados por la dictadura teológica y moral que hubo en España, que pensar por uno mismo después de tanto tiempo, pues cuesta.

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