El primero aparecido en la web católica infocatolica.com dice así:
Ahora que ya ha pasado y sólo queda un rastro de basura por las calles de Madrid (bolsas de palomitas, patatas chips, chicles, chupachús y envoltorios de chucherías, globos pinchados, alguna pancarta rota, octavillas pisadas…etc. etc. etc.); ahora que nadie me puede decir que “desanimo"; ahora digo cuánto me repugna la MMCCCLXXXVIVª manifa de HazteOires y demás comparsas de pamplinas.
¿Dónde está ese “millón de manifestantes” cuando hay qué votar? ¿A dónde van a parar esos entusiastas pro-vida? ¿Votan y votan y vuelven a votar “el mal menor” abortista del PP???
¿No saben que un millón de votos puede llevar al Parlamento - que es donde se hacen y deshacen leyes - a parlamentarios pro-vida???
¿No se han enterado, no quieren asumir, no han encajado, digerido, asimilado que el PP y sus líderes son abortistas???
¿Van a seguir otra temporadita más la consigna de las manifestaciones teledirigidas por los pperos vergonzantes que siguen votando PP e impidiendo, boicoteando, obstaculizando que surja un partido de derecha-derecha que lleve en su programa la defensa de la vida, la familia y la educación desde fundamentos y postulados cristianos???
¿Van a quedarse tranquilos cuando vuelvan a casa con las pegatinas, y las banderitas, y las chapitas, y las fotitos de la manifa de los HazteOires y sus socios catoliquitos lights de comunidades, círculos y clubs y colleges ???
Y mucha ola, y muchas palmas, y mucho coro, y mucho slogan, y muchos pijos y todo guay, guay, guay: Chupy-chupy-bombi-bombi-gua-guá!!!
¡Ea! Pues ya todos-todas contentos de vuelta a casa, que aquí no ha pasado nada. Los pijos del pperío católico de comunidades y clubs y colleges ya han tenido su desahogo de principio de curso, y ya hasta Mayo-Junio que vuelvan a salir por Madrid con su pijoterío pro-vida. ¡Qué monos todos, oye! ¡Qué monas todas, oye! Y papá y mamá y los chicos y el cole: Guapi-chanchi-piruli-poti-poti-rin-rín!!!
Estos días ha sido “noticia” un “valiente” pesoero que se ha “distanciado” de las criminales intenciones abortaderas de su partido diciendo que él no, que él no es abortista y que él defiende la vida y que él es muy pro-life pro-vida y que tal y que cual: Un concejal socialista anti-abortista. Muy bonito, mu guapito, muy “heróico” el mocito. Pero in-creí-ble. Increíble y en descrédito porque no se puede uno definir anti-abortista y estar representando al partido de los abortistas, los abortaderos y las leyes multiabortistas. Y cobrando un sueldo por esa “representación".
Si tiene dos “co…ncejales” como los que presume tener, que le eche “co..ncejales” a sus declaraciones, deje el partido al que representa y dedíquese desde ahora a machacar al pesoe cada vez que pueda como machacan las leyes del psoe a las criaturas arrancadas del vientre de las “madres” degeneradas.
Y esto es lo que hay, señoras y señores: Un concejal y un millón de irritados anti-zperos que le hacen al PP abortista el trabajito de las movilizaciones urbanas. Un millón de oportunidades manipuladas para que no pase nada y todo siga lo mismo porque salen de manifestación pro-vida y luego votan al partido de los abortistas del “mal menor".
Un drama nacional. Que sería esperpento cómico total si no fuera porque los abortos siguen, las píldoras abortivas de fin de semana van a seguir, y las manifestaciones de temporada también: Con un millón de asistentes que gritan hoy por las calles y mañana votan como borregos silenciosos en las urnas.
Como dice un compadre mio en su blog: “!Qué desazonante es vivir en tiempos de derrumbe viendo que los posibles se hacen masa de imposibilidad!”
El segundo es de Juan Manuel de Prada en el ABC y dice así:
LA manifestación en defensa de la vida que el sábado abarrotó las calles de Madrid no fue promovida ni auspiciada por ningún partido político. Fue, de hecho, una expresión de vitalidad jubilosa de una parte nada exigua de la sociedad que antepone convicciones de orden superior sobre las diversas posturas ideológicas en liza; y que aspira, antes que a influir sobre tal o cual partido, a promover una transformación social que devuelva la salud a nuestra época. Quienes asistieran a la manifestación pudieron comprobar que allí no se congregaban «partidarios», sino gente que anhela el despertar de ese meollo de humanidad, previo a cualquier disputa ideológica, que nos permite abrazar y acoger a toda vida gestante que llama a las puertas de la gran familia humana. Que esa manifestación se caracterizase, además, por su entusiasmo juvenil, por la llamativa presencia de millares de jóvenes y adolescentes que proclamaban sin rebozo su adhesión a la vida nos reconforta y alienta a quienes hemos empeñado nuestro esfuerzo en la lucha contra el aborto. Sabemos que otros tendrán que recoger nuestro testigo, porque la empresa de transformación social que promovemos no se completará de la noche a la mañana, sino que requerirá el concurso de varias generaciones. Y en la manifestación del sábado pudimos comprobar que la entrega del testigo está asegurada.
Como nuestro afán no es «partidario», quienes nos declaramos contrarios al aborto creemos que la gente puede cambiar; creemos que nuestro testimonio puede convencer a los tibios, a los conniventes, a los estólidos; creemos que quienes hasta ayer mismo han amparado el aborto por sinrazones de conveniencia política o por anestesia de las convicciones pueden mañana albergar ese «cambio de mente» que facilite una transformación social. Por eso, la presencia en la manifestación del sábado de representantes políticos de la derecha no podía interpretarse sino como un signo esperanzador. Durante los ocho años que permanecieron en el Gobierno, no movieron un solo dedo por promover ese «cambio de mente»; más bien al contrario, permitieron que ley vigente se convirtiera en un coladero fraudulento que, por la vía de hecho, consagraba el «aborto libre», además de financiar con dinero público a diversas organizaciones abortistas. Pero lo que hicieran en el pasado no importa tanto como lo que puedan empezar a hacer en el futuro; y su presencia en la manifestación parecía augurar que estaban dispuestos a reparar los daños causados.
Pero me ha bastado escuchar unas declaraciones de la señora Cospedal para entender que tal disposición no existe; o que, al menos, no existe en algunos de los políticos que ayer se sumaron a la manifestación. Cospedal dijo que estaba allí para mostrar su oposición a la ley promovida por el Gobierno, que tildó de innecesaria puesto que la vigente «tiene un gran consenso social». Al escucharla, se me han revuelto las tripas; porque lo que la manifestación del sábado demostraba, precisamente, era que tal «consenso social» no existe, o dicho con mayor exactitud: que ningún «consenso social» puede legitimar el aborto, porque «cada vida importa», porque arrojar vidas gestantes al cubo de la basura no es algo que pueda decretarse mediante «consenso social». Un consenso que, por lo demás, jamás podrá producirse: pues aunque existiera una sociedad tan degradada como para «consensuar» tal injusticia, las vidas gestantes arrojadas al cubo de la basura jamás participarán de ese sórdido consenso. Las obscenas declaraciones de Cospedal nos demuestran, en fin, que la transformación social que promovemos quienes defendemos la vida no puede contar con esa patulea de hipócritas redomados que anida en la política; la próxima vez que nos los encontremos en una manifestación tendremos que echarlos a patadas. Consensuadamente, pero a patadas.
Creo que está todo dicho con los arículos y con la imagen de Aznar que podemos ver. Al tipo este sólo se le ocurrió decir que estaba en la manifestación porque" "Yo estoy aquí en contra de lo de los 16 años de la nueva ley". ¡Pero qué hipocresía Señor, y qué vergüenza! ¿Seguirá votando la derecha social y los que se dicen católicos a esta panda de hipócritas sin escrúpulos o abrirá los ojos de una vez y DESPERTARÁ?
